Inicio Columnas Tema Vetado ¿Separar al artista de su obra o condenarlo? Mangakas criminales

¿Separar al artista de su obra o condenarlo? Mangakas criminales

15 minuto leer
0
1
Mangakas criminales

(Madrid, 27 de Noviembre. O’kuroku).- ¿Qué hacer cuando alguien a quien admiras por su trabajo resulta no ser tan buena persona como creías? ¿Qué hacer con ese sentimiento de admiración que le tenías, solo porque su obra te encanta? De ese tema quiero hablar hoy en Tema Vetado, mi columna que escribo con muy poca regularidad y en la que simplemente me dedico a escribir mis ideas sobre un tema de un modo más informal. Hoy les hablo de Mangakas criminales.

¿A qué viene este tema? Al inicio del proceso contra Tatsuya Matsuki, guionista del manga Act-Age de la Weekly Shonen Jump. Esta noticia que les dejo enlazada la escribí para Crunchyroll News, pero quise tomarme un tiempo para hablar al respecto, porque este sábado 28 estaremos hablando del tema Jacinto y yo en la cuarta prueba beta de nuestro nuevo programa/podcast O’kuroku Web Show.

Matsuki es solo el caso más reciente, y potencialmente más “criminal” de los últimos años. Si no saben lo que hizo se los resumo: Básicamente el autor estaba estresado (según dijo en la corte) y salió a la calle en su bicicleta a agarrarle el culo a dos niñas de 14 años antes de darse a la fuga. Fue denunciado, y le capturaron una vez le identificaron a través de las cámaras de seguridad que había en las calles en las que cometió este acto de acoso sexual a menores de edad. Sus abogados piden que no entre a la cárcel, porque consideran que la cancelación de Act-Age y el escarnio público ya es castigo suficiente.

Hace tres años, por estas fechas fue Nobuhiro Watsuki, creador de Rurouni Kenshin, quien fue acusado por posesión de DVD’s con fotografías de entre 12 y 14 años desnudas. Poco después, en febrero de 2018 se le condenó a pagar una multa menor. En su caso, la posesión de este tipo de material era legal hasta 2014, por lo que no pasó ni un día en la cárcel y se fue a casa luego de que le dieran un golpecito en la mano.

Mucho antes de estos dos casos fue Mitsutoshi Shimabukuro el que violó las leyes de prostitución de menores en 2002. El mangaka, autor de Toriko y más recientemente de Build King, contrató los servicios de una joven de 16 años para tener sexo por 80.000 yenes y fue condenado a dos años de prisión por su crimen, sin embargo su condena fue conmutada.

Si tuviera que ordenar estos crímenes por grado de gravedad, tendría que decir que Matsuki, al cometer un acto no consentido es el peor de los tres. Luego tendría que ir a por Shimabukuro, por directamente tener sexo con una menor y finalmente a por Watsuki, por coleccionar material cuestionable, si bien no hay constancia de que abusara nunca de nadie.

Como ya comentó Maho en su artículo sobre las claves de la pedofilia en Japón, es un tema complicado en el país donde se glorifica a las Lolis, porque ¡apenas en 1999 se prohibió la prostitución a menores de edad! Además, apenas en 2004 se interrumpió la producción y venta de imágenes de menores desnudos y para los que ya habían comprado ese material, como Watsuki, solo en 2014 eso fue considerado un crimen.

Hablamos del país donde solía ser socialmente aceptado que chicas entre los 11 y 15 años posaran de forma sugestiva en revistas, y donde aún se permite que lo hagan jóvenes que superen esa edad.

¿Pero qué podemos hacer como fans cuando uno de los creadores de una obra que nos gusta hace estas cosas?

Empezaré por decir lo que ocurre en Japón. Allá, si una persona demuestra su arrepentimiento, se postra ante los agraviados y pide disculpas, lo perdonan. En Japón suelen darles una segunda oportunidad a los artistas que cometen este tipo de «indiscreciones».

Tomemos como ejemplo el caso de Shimabukuro. Su manga Seikimatsu Leader den Takeshi! fue cancelado cuando tuvo su problema con la ley. Sin embargo, dos años más tarde, en 2004 volvió a trabajar y en 2008 empezó a publicar Toriko hasta 2016. Posteriormente hizo trabajos pequeños y ahora, en 2020 está trabajando en una nueva serie, Build King.

Ahora hablemos de Watsuki. Cuando ocurrió toda su debacle, su secuela de Rurouni Kenshin, que curiosamente escribe junto a su esposa, fue puesta en pausa. Unos meses más tarde, luego de sus disculpas y el pago de su multa, retomó la publicación y continúa hasta la fecha. Incluso los dos nuevos live-action de Rurouni Kenshin siguieron adelante y se espera que se estrenen en 2021, luego de retrasarse por la situación sanitaria.

Siguiendo estos ejemplos, pese a que Matsuki cometió un crimen peor, el hecho de que ya se disculpó en la corte y lamentó sus actos puede que le ayude no solo a salir librado con un castigo menor, sino a que en unos años pueda volver a trabajar, aunque sea bajo un pseudónimo.

¿Pero qué hacemos como fans?

En el caso de Watsuki es un poco imposible para mí renegar de su obra. A Rurouni Kenshin debo grandes amigos e incluso mi relación con mi esposa tiene su origen en mi afición a esa historia. Y aunque ahora no siento admiración por Watsuki como persona, no puedo dejar de amar a Kenshin, en especial porque la obra no comparte ninguna de las desviaciones morales de su autor. Al contrario, es un ejemplo de buenos valores que incluso dejaré que mis futuros hijos lean.

Supongo que es una decisión muy personal que cosas puedes “perdonar” y cuáles no. El argumento de separar al artista de su obra era típico en generaciones anteriores, aunque ahora, con la cultura de la cancelación tomando por asalto a la sociedad, se ha vuelto más difícil justificar esa actitud.

Muchos reaccionan de forma instantánea e inmediatamente empiezan a odiar de forma retroactiva lo que una vez amaron con locura. Otros simplemente no pueden. Por ejemplo, no puedo dejar de lamentar la cancelación de Act-Age, era un manga excelente y con mucho potencial. Por una parte no puedo aceptar el comportamiento de su guionista, por la otra la dibujante es completamente inocente y me da pena por ella.

De igual forma, leí Toriko sin tener ni idea de la vida de Shimabukuro. No fue hasta años después de empezar a leerlo que me dio curiosidad saber más del autor y me enteré de lo ocurrido. ¿Sinceramente? De todos modos lo terminé de leer, aunque ahora veía con asquito su nombre.

No hay discusión en que, para los estándares de conducta de la civilización occidental, estos tres autores son personas repugnantes. Pero al menos dos de ellos ya fueron perdonados en su país de origen y su cultura. ¿Qué podemos hacer al respecto? Aparte de alejar a nuestras hijas de su presencia…

Un caso aparte son los autores cancelados por idioteces, cosas que no son crímenes o por tener una opinión que no nos gusta. Pero ese es un tema que tocaré en otra ocasión.

En conclusión, lo cierto es que no puedo aconsejarlos ni decirles que pensar de sus autores favoritos. Eso queda en cada uno de ustedes si deciden seguir apoyándolos o no. Solo recuerden que tanto ellos como nosotros somos humanos, y que todos cometemos errores. Algunos cometen un error tonto y otros cometen actos imperdonables. Sin embargo, casi todos tenemos la oportunidad de redimirnos de nuestros errores mientras estamos vivos.

¿Yo? A estos tres les perdí el respeto por completo, pero en el caso de Rurouni Kenshin me reservo mi derecho de separar al autor de su obra, ahora me pertenece a mi, no a él. Si, esto fue una descarga sin más, un rant como dicen los gringos.

¿Qué opinan ustedes? Espero sus comentarios


Tema Vetado es el nombre del Blog Personal en desuso de Amilcar Trejo. El nombre se debe a esos temas que ocasionan debates que pueden subir de tono, como la política, religión y deportes. Fue el nombre de su columna deportiva en Diario El Aragüeño en Maracay, Venezuela y luego en Diario de los Andes, en Valera, Venezuela. Ahora lo rescatamos para hablar de frikadas.

Cargue Artículos Más Relacionados
Cargue Más Por Amilcar Trejo Mosquera
Cargue Más En Tema Vetado

Mira además

Rurouni Kenshin 2023 aprueba el examen, pero queda a deber: Reseña Final

Despedida de Kenshin y Kaoru Rurouni Kenshin 2023 …