Cyberpunk: Edgerunners es una joya que tenía mucho que demostrar y enamora a todos los usuarios de la plataforma. Los colores neón, la violencia, los arcos y la crítica social con la banderas de Cyberpunk: Edgerunners que le está callando la boca, incluso a los que apoyaban el proyecto. No es un secreto para nadie que tenía unos zapatos muy grandes que llenar y nació envuelta en las controversias que arrastra Cyberpunk 2077. El origen de Cyberpunk: Edgerunners Ya los primeros avances del anime nos mostraban una serie muy prometedora, pero hay que decir que ‘Cyberpunk: Edgerunners’ cumple con creces y nos da todo lo que prometía el videojuego (y quizás no nos dio) al recuperar la esencia del género cyberpunk. Lo que sabemos de Cyberpunk: Edgerunners es que se nos presenta a David Martinez, un adolescente que trata de sobrevivir lo mejor que puede en la polarizada metrópolis Night City. Su madre Gloria se mata a trabajar para darle los mejores estudios y un futuro prometedor, pero en el mundo de Cyberpunk 2077 no es tan fácil escalar más allá de la clase en la que te ha tocado vivir. Cuando David recibe otro mazazo más, decide modificar su cuerpo con una tecnología de combate para poderse ganar la vida. Así conoce a la misteriosa Lucy y comienza a trabajar con un grupo de mercenarios. La joya del género Los críticos coinciden que en cierto modo, Cyberpunk: Edgerunners es la joya disfruta de lo mejor de una larga tradición de animes de este subgénero de la ciencia ficción. Del mismo modo, dicen que este «aire» –guardando las distancias– a ‘Akira’ y otros títulos de los años 80 y 90 el estudio Trigger ya nos ha demostrado que juega muy bien en los títulos suaves y en los que corren sangre al primer intento. El mundo de ‘Cyberpunk: Edgerunners’ es muy crudo, tanto con violencia, gore e incluso alguna que otra escena con sexo un poco explícito, y nos lo dejan claro desde el primer momento. Night City está corrupta hasta la médula, con ricos muy ricos, pobres muy pobres y una distopia capitalista donde el trato humano básico se va por el desagüe.