(Madrid, 24 de septiembre. O’kuroku).- Me gustaría contarles como estuvo la Japan Weekend Madrid, pero lamentablemente no puedo hacerlo. Apenas si pude recorrerla. Podría hacer un recuento de la multitud de críticas que le están cayendo encima al evento, pero pienso que con pasearse por Twitter un rato podrán hacerse una idea muy clara del nivel de caos que esta edición de septiembre de 2022 ha traído consigo.

Desde 2019 no había vuelto a ir a la Japan Weekend. Con la pandemia me apetecía poco o nada estar rodeado de la masa de personas que suelen acudir al evento otaku más multitudinario de Madrid. Pero este año no solo decidí que quería volver a cubrir el evento, tocaba hacerlo. Como sabrán los lectores de O’kuroku, ahora tengo un trabajo en cierto servicio de streaming. Por eso, en esta ocasión tenía responsabilidad doble, porque hoy se anunciaron nuevos doblajes para España en la Japan Weekend Madrid.

Mi intención era cubrir la presentación del servicio de streaming para el que trabajo, y hacer una crónica general del evento para este sitio web. Ahora, en lugar de hacer una cosa o la otra, voy simplemente a darle un consejo a los asistentes a este evento: No vuelvan a ir.

O al menos no vuelvan a ir hasta que la organización se decida a darles aquello por lo que están pagando: la experiencia única que solo puede ofrecer una convención de anime y manga. Porque esto que llaman evento es una vergüenza. Una burla y aunque no me gusta mucho decir esta palabra, es una estafa… o al menos está muy cerca de serlo.

Pagar por hacer colas y poco más

A menos que tengas un carnet de prensa – y a veces incluso así – para entrar a Japan Weekend Madrid este año tienes que hacer colas. Una cola antes de entrar a IFEMA, una cola para entrar a los pabellones, una cola para comer. Y esto puede ser normal en principio, ¿Pero cuantas horas de cola son admisibles antes de decir YA BASTA? Ni con cuatro pabellones ha conseguido este evento poner coto a su problema de evidente sobreventa de entradas por encima del aforo. ¿Cuáles son las capacidades permitidas de aforo en cada pabellón de IFEMA? Pueden consultarlas en este enlace.

Lo que les puedo adelantar es que cuando Japan Weekend celebre el lunes o el martes su asistencia de 120 mil personas durante el fin de semana, como han hecho en otras ocasiones, estarán admitiendo que superaron CON CRECES el aforo máximo permitido. Pero no para sus cuatro pabellones, sino para una feria que ocupe TODO EL IFEMA (que es de poco más de 82.000 personas por si no quieren sumarlo ustedes mismos).

Y uno pensaría que con semejante éxito, Japan Weekend Madrid ofrece la mejor experiencia que un amante del anime y manga puede esperar, a la altura de los grandes eventos mundiales. Pero la realidad es que el Japan Weekend Madrid es un evento mediocre. Es como esos eventos de antaño, pequeñitos y en los que hay muchos individuos de higiene dudosa, pero en escala gigante. Y esto no es algo reciente, desde hace mucho tiempo el Japan Weekend es así.

Aunque no siempre fue así. En 2016, mi primer año asistiendo a estos eventos madrileños, mi impresión era completamente diferente. Mis reseñas del evento fueron muy positivas, y en 2017 mantuve esa opinión. Se notaba ambición, se veían las ganas de traer buenos invitados, de hacer cosas buenas. Ya en 2018 noté un bajón y en febrero de 2019 fui por última vez, bastante desilusionado del evento.

¿Y con que me encuentro en este regreso? Con un bajón muy notorio en la calidad del evento Y EN LA PERTINENCIA de los invitados. Ya esto venía ocurriendo de antes, pero al menos se maquillaba de alguna manera con invitados tangenciales a la cultura otaku, pero muy conocidos como Lady Beard o Pikotaro. ¿Pero ahora? Ni un invitado relacionado con la industria del anime, ni un invitado relacionado con la industria del manga. Invitados musicales japoneses, pero hasta allí. Aunque tampoco es como si cantasen temas de anime. En algún momento se invitaron a cosplayers internacionales de primer nivel, ahora solo se trajo a talentos nacionales.

La decoración del recinto también es inexistente, salvo por los pocos stands que le ponen un poco más de corazón a la decoración como el de Selecta Visión, por poner un ejemplo. De parte del propio Japan Weekend hay poco o nada de esfuerzo en crear un espacio atractivo visualmente… por no mencionar cómodo. Una de las pocas cosas que pude hacer este año fue comer, pero solo había dos puestos de comida en el pabellón uno y unas pocas mesas, más que insuficientes para la auténtica avalancha de personas que asistieron.

Si, en Japan Weekend hay muchas actividades, talleres, juegos, etc. Ahora, que logres disfrutarlas es otra cosa, teniendo en cuenta que el paso entre pabellones estuvo prohibido por horas a causa del exceso de entradas vendidas. O que siquiera puedas identificar las zonas en las que se hacen, porque la señalización de los espacios es inexistente. A menos claro que consultes el plano en su sitio web en tu móvil.

En resumen, después de volverse el evento líder Japan Weekend se volvió un evento que hace el mínimo esfuerzo esperando recibir los máximos resultados. ¡Y lo triste es que los tienen! El público va a este evento y soporta su mediocridad, sus colas y hasta sus abusos, mientras que el evento en lugar de mejorar empeora. ¡Y encima sube el precio de las entradas!

¿Si la Japan Weekend es un éxito tan rotundo como se justifica que el producto sea cada vez peor? Y les pregunto a ustedes ¿Por qué siguen yendo a la Japan Weekend? Personalmente, a menos que esté estrictamente obligado a ir, no vuelvo a poner un pie en ese evento, ni a escribir al respecto. Y los amantes de la Japan, si quieren que vuelvan a hacer un buen evento, dejen de ir hasta que la organización haga el esfuerzo que ustedes se merecen.

Por Amílcar Trejo Mosquera (@senseiagot)
Fotos: María José Cañizal

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