Manganime ¿Por qué veo anime? Los motivos para defender tu afición Por Amilcar Trejo Mosquera Publicado en 11/12/2014 14 minuto leer 0 1 (Maracay, 11 de Diciembre. Yakuza Webzine).- Todos nos hemos encontrado en esa incómoda situación en la que nos preguntan ¿Por qué ves anime? En Venezuela la pregunta es más específica ¿Para qué ves esas comiquitas chinas si ya estas grande? A veces no nos detenemos a pensar la respuesta, pues de hecho no es fácil de contestar. Todos llegamos de diversas maneras a amar la animación japonesa. Las razones para admirar estos trabajos también pueden diferir de individuo a individuo, por lo tanto no pretendo dar una respuesta definitiva a la pregunta ¿Por qué ves anime? Pero al menos nos dar una base, un punto de partida. En 2007 mi trabajo especial de grado para titularme como Licenciado en Comunicación Social se llamó: “Análisis de la transculturación mediática del Manganime en Latinoamérica”. En esa ocasión buena parte del estudio iba apuntado a responder esta pregunta. Entonces elegí a cinco personas de diferentes países y cada una me dio sus razones, las cuales coinciden en general. Las razones: En palabras de amantes del anime “Los veía sin autoconciencia de lo que era el anime, para mí eran «monitos» Sin embargo había una sensación de secuencialidad en lo que veía. La historia ‘avanzaba’ por así decirlo y no era un círculo eterno de capítulos inconexos”, respondió un joven chileno sobre sus razones para verlo cuando era niño. Ya de adulto comentaba que el anime le divertía y se identificaba con las series, particularmente porque buscaban empatizar con el espectador. “Puedes tener una serie sobre un tipo peleando con Dioses pero todavía tiene que enfrentar problemas cotidianos como conseguir empleo o una novia”, nos decía este joven entonces. “Era lo que daban en televisión, y eran divertidos. Había realismo, había momentos felices que eran muy felices, momentos conmovedores con los que lloraba y momentos tristes que me ponían peor. Me revolvían muchas cosas y me emocionaban, creo que en eso puedo decir que me influyó, porque a partir de entonces empecé a medir así lo bueno o pésimo de una historia. Y aún hoy día lo hago; si no encuentro emoción, simplemente lo hago a un lado y punto”, me dijo por su parte una chica mexicana sobre sus razones. “Vamos a ser honestos ¿A qué niño no le gustan los robots, las explosiones y las emocionantes batallas a muerte? Además eso era lo que daban, y si le sumas la sensación visceral que da la lucha entre el bien y el mal ya tienes caldo de cultivo para que te hagas fan. Además las historias te dejaban en vilo, nada como un ‘continuará’ para ponerte a hiperventilar esperando que transcurran 24 horas o una semana para saber qué pasa”, me dijo entonces un venezolano y no puedo decir que no simpatizo con su idea. Resalta de nuevo el tema de la trama lineal, que conduce a un fin en la mayoría de los casos, una diferencia trascendental con buena parte de los superhéroes de cómics. “El manganime da para todo, se atreve, experimenta. Claro que hay cosas muy standard, muy normales, pero cuando lees un manga como Edén que se viene a Sudamérica en una época futura y te confronta con problemas sociales como las drogas, la prostitución y el crimen, o te lanzas en huracanes visuales y sonoros como Cowboy Bebop que hacen homenaje a toda la cultura popular del mundo en una historia dramática y divertida ¿Cómo no amarlo aún más? Por supuesto que las peleas a muerte por los ideales siguen siendo atractivos, pero ahora es mucho más”, agrega ese joven. “Cuando redescubrí el género me sentí atraído por lo diferente que era de todo lo demás, me gustó mucho era que los episodios tenían una secuencialidad de hechos es decir una historia o trama continuada. Además en toda serie que he visto siempre ha habido algo que rescatar, algún mensaje sobre amistad, relaciones entre seres humanos, carácter de muchos personajes, aspectos positivos sobre todo lo que más me gusta es que hay muchas series donde no siempre el malo es malo, donde ponen los tonos intermedios tanto para lo bueno y malo y lo contrastan”, comentó por su parte un joven de Perú. “Me gustan obras con un elemento humano, y también con las que pueda identificarme y divertirme. El anime puede ser muy gracioso o muy dramático, algunos son ambas cosas a la vez, esa versatilidad los hace algo genial. Que un dibujo animado te cause reacciones como llorar de sentimiento o llorar de la risa tiene mucho mérito”, dijo también una mujer de Argentina a quien entrevisté en ese entonces. Creo que estas líneas alcanzan para sentirse identificado. Las personas con las que hable entonces aún son aficionadas al anime y son un Diseñador Gráfico, Comunicadora Social, Abogado, Ingeniero en Sistemas y Sociólogo. Todos profesionales. ¿Por qué no? Es curioso que aún después de que el anime se ha globalizado al punto que está actualmente, con millones de fans en cada lugar del mundo, aún se haga esta pregunta. Resulta un poco necio y la respuesta debería ser ¿Por qué tú no estás viendo anime? Y es que todos, en algún momento de nuestra vida, con conciencia o no de ello, hemos visto al menos un anime. Pero ser aficionado, ser amante, ser fanático y ser otaku ya es otra cosa, va un poco más allá. Lo cierto es que a menos que en general no te gusten en absoluto los dibujos animados, el cine o una buena historia, habrá un anime para cualquiera, estoy convencido de ello. Por años Rurouni Kenshin Tsuiko Hen fue mi respuesta a la pregunta. El efecto fue irremediablemente el mismo cada vez. Me pedían que les prestara la serie de Kenshin ¿Pueden culparlos? No y es que todos deberían ver anime a conciencia alguna vez. Pero los aficionados se distinguen por sentirse atraídos por las razones expuestas. Son individuos que aprecian factores como la secuencialidad en las historias y que tienen las herramientas para la identificación y comprensión de los símbolos y signos propios del lenguaje de estas manifestaciones artísticas japonesas. ¿La razón? Han estado expuestas a ellas desde temprana edad. Del mismo modo son capaces de apreciar los valores de individualidad, motivación al logro, amistad y amor destacados en estas obras, más allá del trasfondo fantástico o no de las historias. Otra gran fortaleza es la que ya abordé superficialmente: la enorme variedad de temas e historias que se abordan en estas obras, lo que hace casi imposible que no exista algo que te pueda gustar. En muchos anime se exaltan creencias como la energía interna, el destino (construido o prefijado), la trascendencia espiritual, la amistad, honor, compromiso, motivación al logro, amor filial, bien común, entre muchos otros. Ha sido tan trascendental en la vida de muchos su contacto con el anime y su identificación con los personajes que incluso han adquirido otras aficiones. Así se han visto motivados a usar su creatividad para escribir (fanfiction), dibujar (fanart), editar anime (fansub), adquirir toda clase de habilidades manuales e interpretativas (cosplay). Por eso pronto los raros serán los que no ven anime. Así que la próxima vez que te pregunten ya sabes que responder. ¿Por qué no? Por SenseiAgot (@senseiagot)