Amores y pesadillas en Crimson Peak

(Ciudad Guayana, 07 de septiembre. Yakuza Webzine) ¿Nunca se imaginaron que ocurriría si las historias de fantasmas fueran reales?  En Crimson Peak (La cumbre escarlata en español) Guillermo del Toro logra una vez más retomar el clásico terror inglés y hacer de este algo totalmente espectacular.

Crimson Peak nos lleva a los Estados Unidos de 1800, lugar donde comienza la historia de amor y terror de una joven entusiasta de la escritura cuya vida cambia al asociarse con un joven noble inglés. Este particular individuo que responde al extravagante título de Baronet, llega al gran continente junto con su hermana, en busca de fondos para su extraño negocio familiar.

Desde el primer momento Del Toro deja claro el corte de la película, presentándonos en medio de escenografías deliciosas, unas apariciones espeluznantes. Así no más, sin juegos inútiles de cámara para crear suspenso,  el espanto está ahí y nosotros, junto con la protagonista, lo vemos claro como la luz del sol… y eso no lo hace menos aterrador.

Las coincidencias son muchas como para no darse cuenta de la gran influencia que la literatura inglesa tiene en este largometraje, como por ejemplo  el  hecho de que nuestra protagonista está segura de que no la publicarán por ser mujer, evento que efectivamente ocurrió con las Hermanas Brönte, quienes tuvieron que recurrir a un seudónimo masculino para que sus manuscrito salieran a la luz. Explorar las otras seria adelantarles la película, pero están y son bastante evidentes aunque esto no quiere decir que Crimson Peak comparta el mismo desenlace.

Más allá de la historia, la riqueza de este largometraje también reside en otros elementos: la escenografía, el vestuario, la fotografía. Esta película es una mina de símbolos y signos, que abarcan desde el uso del color hasta la disposición de los elementos. No hace falta decir que el rojo escarlata es el tono reinante y se justifica muy bien el por qué.

Hago hincapié en este aspecto porque es atosigante: la exageración de elementos simbólicos junto con el astuto juego de luces, otorgan al espectador el sentido de horror que caracteriza a Del Toro.

Los fantasmas carmesí

Me detengo nuevamente en los fantasmas: la dedicación que le otorgaron a su realización es evidente. No son apariciones totalmente de carne y hueso y aun así cumplen su función de dejarnos un buen susto. Pero lo más importante: saben de nuestro futuro, de nuestro pasado y no hay puerta que pueda detenerlos.  Algunos, en su desesperación dentro de la muerte, intentan  comunicarnos algo, ya sea una advertencia o una solución. Pero ¡Diantres! Que susto nos llevamos.

Puede que no sean fans de las películas de terror, o de los dramas victorianos o incluso del mismo Del Toro, pero en Crimsom Peak se amalgaman con sinergia todos estos elementos para crear una película digna de ser vista.