(Madrid, 1 de Febrero. O’kuroku).- Netflix estrenó hoy Kakegurui, un anime de la recientemente culminada temporada de otoño y una vez completado, entiendo perfectamente por qué fue tan popular. Es supremamente divertido.

Pero eso no quiere decir que sea un anime perfecto, muy lejos de ello.

Como amante de los juegos de azar y bastante familiarizado con el subgénero de las apuestas en manga y anime, tengo que decir que lo que Kakegurui nos da de entretenimiento nos lo quita en lo que se refiere a las apuestas.

Está el rey de este subgénero Kaiji, pero también hay otros títulos como Gambler Fish o Akagi que manejan mejor el tema de las apuestas. Ni hablar de Liar Game y One Outs, que si bien no son específicamente de juegos de azar, capturan muy bien el sentimiento de riesgo tras las apuestas. Pero ya detallaré más este punto, primero hablemos de que va este anime de 12 episodios con segunda temporada aprobada.

Yumeko Jabami, la apostadora compulsiva de Kakegurui

Yumeko Jabami Kakegurui

Simplificando un poco el argumento de este anime, Kakegurui es la historia de Yumeko Jabami, una chica que a primera vista parece ser una joven elegante, educada y atractiva. Una Yamato Nadeshiko. Sin embargo, su verdadero carácter es el de una jugadora compulsiva.

Al transferirse a la academia privada Hyakkaou, una institución que se precia de preparar a sus alumnos para el mundo real, promoviendo las apuestas y juegos de azar, Yumeko llega a su cielo particular. Durante el día es una institución educativa normal, pero al acabar las clases empiezan las apuestas y no solo está en juego el dinero, también lo está la vida.

Pero para Yumeko no importa ganar o perder, lo importante es la emoción de las apuestas, de jugárselo todo. El anime adapta los primeros 27 capítulos del manga y luego añade un final original que pareciera dar cierto cierre a la historia, pero con una secuela confirmada sabemos que no será así.

Los primeros episodios son una introducción al mundo de Kakegurui y sus reglas. En la escuela están los “humanos” y las “mascotas”. Son considerados humanos los estudiantes que hacen aportes económicos al Consejo Estudiantil. Quienes se endeudan y son incapaces de hacerlo, se convierten en mascotas. Los hombres son llamados Fidos y las mujeres Gatitas, y son humillados por sus compañeros.

Como para Yumeko ganar o perder es irrelevante, el caer a la condición de Gatita no tiene ninguna importancia y de hecho le da más oportunidades para apostarse todo a gusto. En el camino, hará enemigos y estos terminarán convirtiéndose en sus aliados. El primero de ellos es Ryota Suzui, que queda fascinado con ella y su loca forma de apostar.

Una historia de malas personas y Yumeko, la perfecta

A la hora de apostar siempre hay dos juegos, el que se libra en la mesa y el juego mental entre los participantes. En Kakegurui no faltan los jugadores tramposos y los complicados planes que hacen. No obstante, los juegos en si mismos son bastante fáciles de seguir y comprender. Lo que a veces queda muy superficial son las trampas y sobre todo las maneras en las que Yumeko las desarma. Esto llega a ser frustrante, porque como jugadora nuestra protagonista es demasiado perfecta y eso es un problema.

En un reparto lleno de malas personas, tan malas que llegan a parecer villanos caricaturizados, Yumeko es con la que menos puedes llegar a identificarte a veces. Esto se debe a que pese a ser la protagonista, la historia es más narrada desde el punto de vista de sus rivales que desde el suyo. Jamás oímos la voz en su cabeza, solo sabemos su plan cuando lo revela antes de ganar.

Pese a este problema, no hay nada de lo que quejarse de la actuación de su seiyuu, Hayami Saori, quien logra interpretar a la perfección al personaje. Pasa de su rol de dama delicada a mujer seductora… a completa desquiciada. Lo que de verdad le resta como personaje es su falta de motivación más allá del juego en si mismo, y su infalibilidad como apostadora, gracias a su memoria prodigiosa y capacidades de observación.

Por esto personajes que empiezan pareciendo crueles y abusivos como Mary Saotome o Itsuki Sumeragi, terminan siendo más interesantes que Yumeko. Midari Ikishima si llega a ser realmente molesta y su comportamiento raya en lo insoportable. No obstante, a ella se debe quizás la única reacción emocional comprensible de nuestra protagonista: La ira por arruinar el placer de una apuesta.

Estudio MAPPA sale bien parado

En cuanto al apartado técnico es donde este anime brilla. La dirección estuvo a cargo de Yuuchirou Hayashi para Mappa, con diseño de personajes de Manabu Akita. En este apartado hubo mucha fidelidad con respecto al arte original de Kawamoto Homura. Las reacciones exageradas y retorcidas de los personajes quedaron muy bien plasmadas, si bien su traducción del manga a formato animado puede resultar un poco excesiva.

La animación en general mantiene un nivel consistente. Hay pocas instancias en las que se abuse del ahorro de frames. Su paleta de colores brillante e intensa va a la perfección con el diseño de los personajes, alejado de la habitual estética moe del anime moderno. Las chicas de Kakegurui no parecen niñas, sino mujeres. Podría alegarse que parecen salidas de un hentai, de hecho.

Si hay alguna queja técnica, fue el uso de 3D CGI en la animación de las manos, que a veces podía resultar molesto. Sin embargo, la dirección del opening a cargo de Yamamoto Sayo es el verdadero espectáculo visual de esta serie. Sumado al temazo que es “Deal with de Devil” de TIA, tenemos la receta de uno de los mejores OP de 2017.

De hecho, la música en general de esta serie, con su vibra jazz, es un punto fuerte de este show. Menos atractivo es el ending, pero considerando que es justamente el tema final, da un poco igual, nos lo podemos saltar. Pese a estas quejas, podemos decir que el estudio MAPPA sale bien librado en esta adaptación con sus fallas, pero de gran calidad.

El problema apuestas

Retomando el tema de las apuestas, si bien Kakegurui riene algunos elementos psicológicos fascinantes, con personajes atractivos y un poco desquiciados -algunos quizás demasiado- peca de predecible en las apuestas.

Incluso algunas pueden parecer aburridas, si se elimina el humor negro y la maldad caricaturizada de los personajes. Junto con la sexualización del hecho de apostar, que también le da un toque de interés.

Kakagurui pretende decirnos que sus apuestas son a todo o nada, pero es un engaño. El valor de lo que se apuesta no está bien definido, porque Yumeko apuesta con tal abandono que no se siente la tensión más que en ocasiones puntuales.

Si el riesgo es demasiado grande y la recompensa poca ¿Cuál es el propósito? Cierto es que Yumeko es una apostadora compulsiva, por lo que estas reglas lógicas de las apuestas no aplican para ella, pero no por ello deja de ser erróneo elevar de forma exagerada lo que está en juego.

Además, siendo justos, Yumeko nunca pierde. En su única apuesta perdedora de hecho es la ganadora moral y solo perdió efectivamente por la manipulación de alguien ajeno a la apuesta.

Para Yumeko lo que apuesta no tiene ninguna importancia. Al ser una adicta se puede jugar la vida solo por la emoción de hacerlo. El dinero no le importa, que decidan su vida por ella no le importa. Ser humillada no le importa. Básicamente perder le da igual y, siendo millonaria, al final las consecuencias para ella no son tales.

Un anime de apuestas sin consecuencias no es un buen anime de apuestas. Pero eso no quiere decir que sea un mal anime, como ya dije, es entretenido a rabiar. Quizás el problema está en que no se establece el riesgo real, en buena parte por lo rápido que se resuelve cada apuesta. Incluso el enfrentamiento con la Presidenta del Consejo, Kirari Momobami, se resuelve en un juego muy simple y de forma casi instantánea, sin consecuencias.

Aun así, insisto, es tan entretenido por su retorcido cast de personajes y su subtexto lleno de humor negro, que no puedo dejar de recomendarlo. No por nada me lo vi de una sentada, es ideal para maratones.

Imágenes: Web Oficial

Summary
Kakegurui es fácil de ver de una sentada, esto es testimonio de lo divertido que es. Sin embargo, con una protagonista con la que es difícil empatizar y con la total ausencia de riesgo en las apuestas, pierde un poco
75 %
Muy divertido
Calificación del Usuario 3.66 ( 26 votos )
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