Big Order o cómo sería Mirai Nikki con una Tsundere

(Lechería, 5 de junio. Yakuza Webzine).- Después de leer los primeros 37 capítulos del manga de Big Order vengo con Ustedes a compartir mi opinión sobre esta serie.

Sakae Esuno saltó a la fama con el manga Mirai Nikki, el cual empezó a publicarse en 2006; esta serie tuvo una premisa prometedora, pero su ejecución no estuvo a la altura; y, aunque fue una obra muy popular, a muchos nos dejó un sabor a poco.

Como siempre he dicho, creo que el único elemento positivo fue que hubo varias parejas establecidas casi desde el comienzo; por un lado tuvimos a Yuki y Yuno, por otro lado a Marco y Ai; y finalmente a la mejor de todas: Minene y Masumi.

Por desgracia, la pareja protagónica fue tan mal desarrollada que no sólo le hizo daño al concepto de personajes principales de una serie como pareja establecida, sino que dañó al manga entero.

Y fue una lástima porque se perdieron cosas interesantes como el hecho de tener una pareja establecida que luchaba junta; incluso, a pesar de que con las otras dos parejas el desarrollo fue excelente, el efecto negativo de Yuki y Yuno fue mucho más fuerte.

Tiempo después, en el año 2011, se empezó a publicar Big Order, del mismo autor; y, no puedo evitar pensar que con este manga está ocurriendo exactamente lo mismo. La serie tiene una premisa muy interesante, pero de nuevo una pobre ejecución la está desbaratando capítulo a capítulo.

Y acá el asunto es peor, porque no sólo no hay parejas establecidas, sino porque los protagonistas son un desastre en toda regla. El rol de Yuno ha sido asumido por Rin y quizás buscando diferenciarse de su anterior trabajo, Sakae decidió que su nueva heroína fuera todo lo contrario a la anterior.

Ahora, en lugar de ser una Yandere, la protagonista es una Tsundere de manual; sin mencionar que en esta ocasión la pareja no se establece desde un principio. De hecho, hasta el capítulo 37 no lo habían hecho, aunque ya está claro que ambos se quieren.

No obstante, ni el cambio de personalidad, ni apegarse a los clichés del Shounen en cuanto al establecimiento de parejas han logrado que la serie tenga buena calidad. Incluso, podría decirse que Eiji es mucho mejor protagonista que Yuki, pero aún así no es suficiente.

Es que la forma en que esta pareja «se une» es demasiado forzada y acá lo digo literalmente porque él la obliga a permanecer a su lado e impide que pueda herirle usando su poder. Por ello, a pesar de que Rin quiere verle muerto por pensar que es responsable de la muerte de sus padres, la mujer se ve imposibilitada de hacerle daño y de alejarse de su lado.

La idea era que esa cercanía hiciera que ambos desarrollaran sentimientos por el otro, lo cual en efecto termina pasando; el problema es que se hizo de una forma tan superficial, tan plástica y tan irreal que cuesta creer que ambos se aman. En Mirai Nikki, la obsesión de Yuno era clara, acá ni siquiera se tiene eso porque ese deseo de matar a Eiji que tiene Rin poco a poco se convierte en un chiste.

Sé que la idea era crear un dilema emocional en ella, al hacerla debatirse entre el amor que empieza a sentir y su odio por creerle responsable de la muerte de sus padres. No obstante, luego de que ella se entera que el asesino no fue él sino su hermana, Rin no actúa como se esperaría.

Al ver que su principal obstáculo para entregarse al amor que siente por Eiji se ha ido, lejos de ir a por él con todo, sigue metida en un dilema que se siente excesivamente forzado con el fin de alargar todo lo que se pueda el establecimiento de la pareja.

La actitud de Eiji es quizás la que tiene algo más de asidero pues la chica primero quería matarle y ahora quiere matar a su hermana, por lo que es lógico que aunque sienta algo por ella no se decida a bajar completamente la guardia. Por ello, poner a Rin con más barreras no era necesario y sólo hace que se le vean las costuras a la intención del autor.

En algún momento es demasiado evidente que además de alargar que la pareja se una, la idea es mantener la personalidad Tsundere de Rin, como si en ello le fuera la vida a Sakae. Al perder el principal, y único, motivo de odio hacia Eiji que ella tiene, entonces ponen lo de la hermana e introducen un triángulo amoroso cuya única función es usar a los celos como combustible para el «Tsunderismo» de la protagonista.

Sin mencionar que la serie pareciera totalmente improvisada y hasta el capítulo 37 es difícil saber hacia dónde va y creo que acá radica el principal problema de este manga; de hecho, creo que ni el mismo autor tiene claro el asunto. El desarrollo de la premisa es muy pobre y no puedo evitar sentir que a Sakae se le fue de las manos el tema y aún no ha decidido qué rumbo tomar.

Mucha gente, yo incluido, dice que un buen villano es garantía de una buena serie; pues bien, acá está otro punto flaco de Big Order. El rol de antagonista salta de un personaje a otro con demasiada rapidez, lo cual hace que dichos giros argumentales pierdan todo su peso.

Y ninguno de esos enemigos ha logrado convertirse en ese gran villano que logre asumir el peso de la serie; supongo que por esa razón es que se ha sucedido este desfile de antagonistas. No olvidemos que apenas he leído 37 capítulos y al menos he contado 4 villanos principales.

Voy a seguir un poco más este manga para ver si mejora, pero en caso de no hacerlo es muy probable que lo termine abandonando; y, de nuevo digo que es una lástima porque la premisa era buena.

Para finalizar diré que esta serie se ha adaptado a la TV por medio de un anime; un dato curioso es que inicialmente se había hecho una Ova con un contenido erótico mucho mayor al visto en el manga (sin caer en el hentai, ni el hard ecchi)

Un año más tarde, ahora en 2016, el mismo estudio lanzó el anime y aunque mantuvo el diseño de personajes del Ova, en esta ocasión eliminaron todo el contenido erótico y fueron más fieles al material original.

En varios portales he visto que esta adaptación ha recibido fuertes críticas alegando que la trama no está bien desarrollada y que parece una serie improvisada; pero en defensa del estudio, debo decir que el problema radica en el material original y no en ellos. Nos vemos en la próxima entrega.

Por Shougo Amakusa (@shougoamakusa)