(Madrid, 22 de Agosto. O’kuroku).- Cuando tenía 2 o 3 años, como cualquier niño, ya veía dibujos animados. En la Latinoamérica de los años 80, aunque no lo sabíamos todavía, ya el anime estaba infiltrado en nuestras pantallas por diversas razones, e inevitablemente desde muy temprana edad empecé a verlo. Mis recuerdos de entonces son nebulosos, pero cierta serie se hizo un hueco en mis años más tempranos: Mazinger Z (1972).

Cuando la vi en la TV venezolana de entonces hubo algo que hizo clic al instante. ¿Fueron acaso los robots gigantes? ¿Los vibrantes colores? ¿Aquel legendario opening? ¿Las patillas de Koji Kabuto? No sabría decirlo, pero lo que sí puedo garantizarles es que Mazinger Z fue uno de los animes que marcaron mi vida.

La serie me acompañó durante mis primeros años formativos, con constantes repeticiones, ya fuese en Venevision o en RCTV. Como es normal la serie fue protagonista de muchos de mis sueños infantiles, pero también de mis pesadillas… había algo perturbador en algunos de los monstruos y enemigos de la serie, y probablemente mis padres no deberían haberme dejado verla a tan corta edad. ¿Pero cómo resistirse a los ruegos de un niño que además empezaba a despertar sus inquietudes creativas?

Gracias a Mazinger Z pronto empecé a dibujar robots y complejas naves espaciales, inspirado también por otras series contemporáneas como Space Battleship Yamato o la legendaria Astroboy. Mi fascinación por Mazinger fue la puerta de entrada a otras series similares, parte de la gran oferta del llamado “Festival de Robots”. Este bloque agrupaba a otros exponentes del subgénero Mecha de súper robots como El Vengador (Steel Jeeg, 1975), El Gladiador (Great Dragon Gaiking, 1976), Supermagnetrón (Magne Robo Gakeen, 1976) y El Galáctico (Starzinger, 1978).

De qué va Mazinger Z

Pero hablemos un poco de la historia de este legendario anime. Mazinger Z se publicó originalmente en las páginas de la revista Weekly Shonen Jump entre el 2 de octubre de 1972 y el 13 de agosto de 1974. Fue uno de los primeros grandes éxitos de la revista y fue la iniciadora del boom de los súper robots.

Su autor, Go Nagai, era un gran fan de Astroboy (Tetsuwan Atom) y Tetsujin-28 cuando era un niño, pero buscó diferenciarse de esas obras y lo hizo haciendo que el robot fuese pilotado desde una cabina por un humano. Esto es algo que hoy puede parecer obvio pero que entonces fue una revelación. El prototipo de Mazinger Z, que se llamó Energer Z, tenía a su protagonista conduciendo una moto que luego entraba dentro de la cabeza del robot, pero este concepto cambió ante el surgimiento de Kamen Rider. Finalmente se utilizó la idea del planeador que hoy conocemos como Pilder.

La historia de Mazinger Z es simple. El profesor Juzo Kabuto desarrolla un nuevo metal, la Súper Aleación Z, que hace uso de un nuevo elemento, el Japonium, que es minado en el Monte Fuji. Para proteger los yacimientos y el mundo de las ambiciones del malvado Dr. Hell, el profesor construye un robot gigante, el Mazinger Z. Sin embargo, el profesor es herido de muerte por una bomba plantada por el Baron Ashura, un ser mitad hombre y mitad mujer. Antes de morir, el profesor informa a su nieto Koji sobre el robot y como usarlo y el valiente joven asume la misión de proteger al mundo de los monstruos mecánicos del Dr. Hell y sus secuaces.

Pronto la historia va incorporando nuevos robots como Afrodita A, pilotado por Sayaka Yumi, hija del Director del Centro de Investigaciones Fotónicas o el hilarante Boss Borot, que manejar el pandillero de buen corazón Boss y sus dos secuaces. Del otro lado de la acera están los villanos, un poco unidimensionales y no menos monstruosos que sus bestias. El Doctor Hell encabeza al grupo, seguido por su lugarteniente el Barón Ashura, el Conde Brocken quien tiene su cabeza separada del tronco, el Vizconde Pigman que es una especie de pigmeo pegado por la cabeza al cuerpo de un guerrero enorme o el Duque Gorgon, un hibrido de guerrero griego cuyo torso está unido a un tigre dientes de sable.

A diferencia de otros animes, la historia sigue el patrón del monstruo de la semana. Sin embargo hay un gran arco que sí que va avanzando, hasta que concluye en una apoteósica batalla final. Para la época la serie fue atrevida, mostrando la derrota del héroe en su último episodio, dando paso directamente a su sucesor, Gran Mazinger.

Como una de las primeras series que me enganchó al anime, Mazinger Z ocupa un importante lugar en mi corazón. Fue una de mis primeras obsesiones y me impulsó a dibujar, algo que disfruté por años y me ayudó a expresarme de forma creativa. Un Mazinger que era casi de mi tamaño fue uno de los juguetes que más aprecié en mi infancia, y que me acompañó por años, hasta que a mi madre le dio uno de sus ataques de «hay que botar cosas». Sin embargo, no tengo más que buenos recuerdos de este anime, que aunque simple y de animación muy limitada, protagonizó grandes momentos de mi infancia. Definitivamente Mazinger Z es uno de los animes que marcaron mi vida.

¡La próxima semana será el turno de otro de esos animes que marcaron mi vida! ¿Y ustedes? ¿Cuál es la primera serie que recuerdan como muy importante en su vida? Déjenme saberlo en los comentarios.

Por Amílcar Trejo Mosquera (@senseiagot)

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