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Los Héroes del Olimpo: El héroe perdido, de Rick Riordan

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(Caracas, 03 de mayo, Yakuza Webzine) La saga de los Héroes del Olimpo, por Rick Riordan, es la continuación de la primera saga de Percy Jackson, titulada los Dioses del Olimpo. Su primera entrega, titulada El Héroe Perdido, nos presenta nuevas posibilidades para el campamento mestizo y tres nuevos protagonistas.

Rick Riordan tomó un gran riesgo al momento de decidir publicar una segunda saga ambientada en el mismo universo de Percy Jackson, que se lleva a cabo pocos meses luego de que la primera historia se diera por concluida.

Nuestro viaje en El Héroe Perdido comienza con la profecía de los siete, recitada por el nuevo oráculo, Rachel Elizabeth Dare en el último libro de Percy Jackson y los Dioses del Olimpo:

“Siete mestizos responderán a la llamada. Bajo la tormenta o el fuego, el mundo debe caer. Un juramento que mantener con un último aliento, y los enemigos en armas ante las Puertas de la Muerte.”

Desde el principio, todo el mundo esperaba que la historia comenzara con Percy Jackson, pero Riordan tomó otro riesgo al decidir presentar, de buenas a primeras, a tres personajes nuevos como narradores y cambiar la narrativa completamente de primera persona a tercera persona.

Nuestro protagonista es Jason, un personaje misterioso que sufre de amnesia, desconoce sus orígenes y llama a los Dioses Griegos con sus contrapartes Romanas. Luego tenemos a Piper, una chica hermosa con unos extraños poderes de convencer a cualquier persona de hacer lo que ella quiera, y finalmente, mi favorito, Leo, un muchacho con déficit de atención y un pasado oscuro que se niega a discutir. Los tres se conocen en una escuela para niños problemáticos, y Jason se encuentra en un asiento de autobús para realizar una salida educativa al gran cañón, sin recuerdo alguno de su pasado ni cómo llegó allí.

Ahora, la siguiente parte de la discusión tendrá spoilers así que lean bajo su propio riesgo.

Ilustración de la novela gráfica de El Héroe Perdido

Lo bueno de El Héroe Perdido:

Lo positivo de El Héroe Perdido es, sobre todas las cosas, la introducción de la posibilidad de que los Dioses griegos también tuvieran una parte más seria en su contraparte romana. Ahora existen dos tipos de semidioses, los romanos y los griegos, y cada uno tiene características distintas por haber sido criados en campos enemigos, dado que los griegos y los romanos tienen miles de años de historia de hostilidad mutua.

Además, la presentación del nuevo “malo principal” es magistral. ¿Gaia? ¡¿Toda la tierra?! ¿Cómo es posible enfrentarse a la madre tierra? Honestamente, aplaudo la creatividad de Riordan mil veces por haberse inventado semejante concepto.

Otra parte excelente de la historia fue la intriga alrededor de quienes eran los padres de cada uno de los protagonistas – a pesar de que el de Leo se manifestó apenas llegó al campamento -, porque hizo sentir a los lectores una nueva emoción por descubrir sus poderes. Y, cabe destacar, el hecho de que en este caso hayan sido dos Dioses menores como Hefestos y Afrodita, llamó mucho mi atención porque me causaba una curiosidad inmensa cómo estos manifestarían su herencia y sus poderes en las habilidades de sus hijos.

Sin embargo, mi parte favorita de El Héroe Perdido sin discusión alguna en esta historia fue el personaje de Leo Valdéz. Primero, es latino y habla español, y no hay nada que más me encante que ver parte de la cultura latina representada en una maravillosa saga de libros. Segundo, tiene poderes de fuego, cosa que es totalmente nueva en este universo de Percy Jackson y parece ser una habilidad peligrosa, única e inexplicable, cosa que me llama muchísimo la atención y me hace querer saber más de Leo.

Su historia personal fue conmovedora y muy bien armada para llamar a la intriga y la duda sobre si su destino con el control de fuego pueda, como ha pasado anteriormente, tornarse vil y oscuro para él, o si podrá por primera vez en la historia, dominarlo y aprovecharlo de forma positiva.

Otra cosa que me pareció sumamente especial en la historia fueron las diversas manifestaciones de los padres de Leo y Piper. La conversación de Leo con Hefestos me pareció muy creativa – con las interrupciones de señal y la intermitente transmisión de la rueda de la fortuna – y el encuentro de Piper con Afrodita hizo que Afrodita se reivindicara frente a mis ojos, puesto que en la serie anterior simplemente no era Diosa de mi devoción.

Pero otra que cavó su tumba conmigo y encabeza mi lista de «Dioses del Olimpo que son tarados», fue Hera. Qué ser tan detestable. Creo que no debe haber una persona que lea los libros de Percy Jackson o Los Héroes del Olimpo y le quede respeto alguno por la Diosa Hera.

Para no extenderme más con esta parte, las peleas estuvieron muy bien armadas y tan fluidas como es típico de Riordan, los enemigos se sintieron tan amenazantes como siempre, y la trama de Tristan McLean logró conectar conmigo a pesar de no tenerle tanto cariño como quisiera a Piper. Y Festus. ¡Festus el dragón era lo mejor del mundo!

Ahora, pasemos a lo malo.

Leo, Piper y Jason montando a Festus, por palnk

Lo Malo de El Héroe Perdido

Bien, creo que tengo que sacarme esto del pecho de una buena vez: Riordan, no debiste haber cambiado la narrativa de primera persona a tercera persona sin ningún aviso. Cuando abrí por primera vez El Héroe Perdido, me sentí tan perdida como el héroe del título. Sentí como si una parte de la narrativa había muerto, y a pesar de que la narración está desde el punto de vista de cada uno de nuestros protagonistas, no me siento conectada con ellos al nivel que lo sentí con Percy de buenas a primeras.

Siento que con el cambio de primera persona a tercera, ya no entiendo tan bien a mis personajes como antes, porque no llego a conocerlos tan a fondo como esperaría. Creo que será cuestión de acostumbrarme, pero sí entiendo cómo ese cambio de narrativa pudo desencantar a más de un fanático al momento de retomar el universo de Percy Jackson con El Héroe Perdido.

Jason Grace es el reemplazo de Percy Jackson en esta saga, para todo sentido y propósito, y el problema de haberle dado semejantes zapatos para llenar, es que no le llegó ni a los talones a Percy. Sí, sé que no debería comparar, pero vengo de haber leído cinco libros con Percy Jackson como narrador en primera persona y protagonista, y su personalidad es tan llena de energía, inteligencia, sarcasmo y carisma que esta narración de Jason me pareció aburrida. Siempre está confundido, siempre repite cosas, y es frustrante el 80% del tiempo. Lo único que tiene de bueno Jason Grace, es el hecho de que es el hermano de Thalia, y que su pasado es sumamente interesante. Y eso que odio a Thalia, pero por alguna razón en este libro no me cayó tan mal como en los anteriores. ¡Es que hasta la espada que tiene es inútil! ¿Cuál es la ciencia de una espada que tarda siglos en volverse espada? ¿Qué tiene de bueno tener que darle vuelta a la moneda para que sea útil? No, no y no.

Ahora, Piper es la nueva Annabeth, supongo. Bueno, ella quisiera ser la nueva Annabeth. Sí. Es bonita. Sí, ya entendí que es muy bonita. Creo que es necesario que dejen que repetirme que es bonita cada cinco páginas, me están haciendo odiarla. Y el otro problema serio que tengo con Piper es que, mientras Annabeth nos dejaba en alto a todas las mujeres en la primera saga, en El Héroe Perdido nuestra querida Piper retrocede la evolución de la mujer unos 70 años al menos por lo ridículamente inútil que es. El único poder que tiene es la convicción mágica, y nunca funciona con los enemigos que cuentan. No sabe pelear, su obsesión con Jason es insoportable, luego les miente a sus compañeros, luego sigue quejándose de que Jason no la quiere… ¡Basta, niñata, basta! ¡Haz algo útil, por el amor a Poseidón!

Además, su relación con Jason parece mucho insta-love, y para mí, el insta-love es bastante fastidioso y muy frustrante, así que… no. Lo lamento mucho, pero primero quiero que papá Jupiter reviente a Jason con un rayo antes de tener que aguantarme a Piper diciendo lo mucho que quiere a Jason. Basta. Me tienen harta ambos. Qué bueno que en el libro que viene hay conflicto entre ellos, porque en serio, no hay nada más vomitivo para mí que el «amor instantáneo».

Sin embargo, no se dejen engañar por mi visceralidad respecto a estos personajes, porque como pudieron ver, sí disfruté mucho El Héroe Perdido, porque aparte de mis problemas personales con Jason y Piper, el resto del libro me pareció fantástico. No obstante, sí quedé un poco decepcionada con este cambio, y estoy pensando en descansar de la saga un rato; al menos leerme un libro corto para no sobrecargarme de rabia y no lanzar el kindle contra la pared la próxima vez que me toque un punto de vista narrado por Jason o Piper.

Esperen mi charla sobre El Hijo de Neptuno próximamente, y no olviden dejar su opinión sobre el libro en la caja de comentarios. ¡Gracias por leer!

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