Just Because!: Una colección de momentos íntimos, pero sin aspavientos

(Madrid, 3 de Enero. O’kuroku).- Cuando decidí seguir Just Because! dije que lo haría porque si, sin más. Luego de ver sus 12 episodios, me quedo con la experiencia de un anime que con poco dice mucho. Que consigue atrapar, sin ser realmente un portento en ninguna área.

La fortaleza de este anime consiste en como presenta una historia común de una forma normal, casi aburrida y que sin embargo, te captura. Depende por completo de sus personajes, que sin importar en que se conviertan, si alcanzan sus metas o no, te meten en su vida. Como la mayoría de los slice of life, la historia de Just Because! es simplemente la vida cotidiana de cinco estudiantes, y como transcurrirán sus últimos meses en el Instituto.

Es esa etapa de transición, justo cuando termina la escuela y te enfrentas a lo desconocido, al futuro, al convertirte en adulto. Tiene sentido que muchas de las escenas más importantes de Just Because! ocurran en una estación de tren, pues todos estos chicos están a punto de tomar uno a su futuro.

Desde un punto de vista 100% objetivo, las vidas de estos chicos, salvo por momentos puntuales, son bastante aburridas. ¿Pero acaso no es así la vida real? Y quizás en eso radique el encanto de esta serie. Sus personajes no son particularmente interesantes, salvo por Komiya. No tienen nada de especial y ninguno tiene ningún problema real. Quizás por eso para muchos esta serie no tenga nada que decir.

Y sin embargo, hay algo que le da valor a este anime original de Pine Jam.

Es esa amalgama de normalidad con tropes clásicos, que son ligeramente subvertidos para luego caer de nuevo en ellos. Tal vez es ese ambiente calmado y su ritmo deliberadamente lento. Sin ser una obra de arte, este anime consigue entretener y mantenerte interesado, pese a usar el recurso familiar de un triangulo amoroso. Aunque inició siendo una figura geométrica de más aristas.

Debilidades y fortalezas de Just Because!

La historia de Just Because! nos presenta a un estudiante de intercambio misterioso… que no lo es. Eita Izumi no es un desconocido para el resto de los protagonistas, al contrario. Cuatro años atrás estudio con la mayoría de sus compañeros de reparto, pero una mudanza le alejó de ellos. Con el tiempo perdió el contacto, pero no olvidó a la chica que le gustaba ni a su mejor amigo de entonces. Su regreso actúa como catalizador en las vidas de todos, y una muy lograda escena de «duelo» sobre un diamante de béisbol con su mejor amigo, pone el argumento en movimiento.

La historia se centra en deshacer el poligono amoroso que mencioné unas líneas atrás y al mismo tiempo, decidir el rumbo que tomarán sus vidas en pocos meses. Eita lucha por aclarar sus sentimientos respecto a Mio Hatsume, una vieja compañera de estudios que a su vez solía estar enamorada de su mejor amigo, Haruto Souma. A su vez, Haruto está interesado en la timida Hazuki Morikawa, que tocaba en la banda de la escuela. En la formula está también Ena Komiya, una chica un año por debajo de los futuros graduandos, que se enamora de Eita luego de fotografiarlo mientras se enfrenta en un improvisado duelo de bateador y lanzador con Haruto.

El ritmo de los primeros episodios es inconsistente y parece que la historia no va a ningún lugar, lo cual afecta la experiencia. No obstante, en los últimos episodios toma velocidad. En el caso de los personajes, todos son agradables, pero ninguno resalta demasiado. Komiya es probablemente el mejor personaje de la serie y sin embargo, la serie no nos muestra suficiente de ella -o de los otros- para entender sus motivaciones. Pese a ello, consiguen arrastrarnos a su mundo interior por superficial que este sea. Para algunos esto puede parecer una debilidad, pero para quienes estamos agotados de ver personalidades exageradas en el anime, o personajes unidimensionales creados alrededor de una única arista -como las clásicas tsunderes- es de hecho refrescante ver personas normales. Por aburridas que puedan parecer.

En cuanto al arte, probablemente sea el punto más flaco de la serie. El diseño de personajes es debil sin más. Una vez más, con la excepción de Komiya no hay ningún personaje realmente resaltante, ni entre los principales ni los secundarios. Esto contribuye a la sensación de que se trata de una historia mundana, sin nada extraordinario. En cuanto a la animación, solo tiene dos momentos realmente buenos, y ambos son sobre el campo de béisbol. La construcción de estas escenas del primer y último episodio sirvieron para hacer un cierre temático en Just Because! que se aprecia por su simetría.

La música en cambio, es el elemento de más calidad sin ser abrumadoramente buena. El opening Over and Over, interpretado por yanagi Nagi ayuda a transmitir el sentimiento de melancolía que perméa la obra. No obstante, me decanto por la música incidental de Just Because!. La debutante Fukusawa Erika hace un gran trabajo en dotar de atmósfera a la historia, algo que se nota en las escenas de más carga emocional del anime.

En cuanto a las actuaciones, salvo por momentos puntuales puede ser muy monotona. El mayor ejemplo de esto es el propio Eita, que pese a ser el protagonista, es quizá el menos energetico de los personajes.

Recomendada… pero no para todos

En resumen, tengo que decir que si recomendaría Just Because!, pero no para todo público. En esencia es un anime con una historia típica y que no destaca particularmente en nada. No tiene una ejecución técnica brillante, al contrario, tiene más de un bache. Y sin embargo, tiene su atractivo. El hecho de que intenta deliberadamente ser mundano y común le dota de un realismo no tan común en el anime. Además, evita convertirse caer en las trampas de muchos dramas románticos, de añadir conflictos francamente exagerados o melodramáticos para mantener el interés.

Evita rizar el rizo en las relaciones amorosas y cuando parece que va a hacer un giro de este estilo, toma la ruta lógica, la normal. En ese sentido, sus personajes parecen ser más maduros de lo normal para su edad… salvo por alguna escena de celos. Toman decisiones racionales, pero aburridas para el que busque entretenimiento puro y duro. Como alguien que ha visto mucho anime en su vida, el aburrido Just Because! de hecho resulta refrescante.

Evidentemente no es el mejor romance escolar del año, ese honor es para Tsuki ga Kirei, una serie muy superior. Pero como manera de pasar el rato, la encontré más que adecuada. No es un anime ambicioso y ciertamente pasará al olvido, pero no por ello deja de ser razonablemente entretenida para mi. Si bien su escena final fue un tanto anticlimatica, mi «Nave» llegó a puerto seguro y me doy por satisfecho.

Aunque alguien debería enseñarle a Eita como cambiar el wallpaper de su teléfono.