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FanFic Cross Ange: La Venganza de los Antiguos 5

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FanFic Cross Ange

Cross Ange: 天使と竜の輪舞 (Rondó de Ángeles y Dragones)
La Venganza de los Antiguos
Por Shougo Amakusa

Capítulo 4
Se Enciende la Llama

– ¡¿Qué dijiste?! – preguntó Tusk en shock e incorporándose en la cama al escuchar que un sobreviviente de Los Antiguos se encontraba en Ciudad Aura – ¡¿Estás hablando en serio?! – añadió sin poder creer el tema de conversación elegido por su pareja para después de hacerlo.
– ¡Claro que estoy hablando en serio! – respondió Ange alzando la voz mientras se sentaba a la orilla de la cama – Yo tampoco lo podía creer cuando Salako me lo dijo.
– Ange, pero ¿no estaban todos muertos? – preguntó Hilda tratando de entender lo que estaba pasando al tiempo que se sentaba en la cama.
– ¿Y qué más te dijo Salamandinay? ¿Qué ha dicho esa persona? ¿Cómo saben que no miente? – preguntó el joven totalmente acelerado.
– Todo lo que sabía ya se los he dicho. Mañana es cuando podré tener más detalles – respondió Ange comprendiendo la reacción de su pareja.
– Mañana iré contigo – dijo Tusk resolutivo.
– Imaginé que dirías eso – contestó la rubia al tiempo que se acercaba al muchacho y le abrazaba por detrás para luego besarle el cuello tratando de reconfortarlo – Está bien, Tusk, iremos juntos mañana – prosiguió Ange – Hilda… – intentó agregar la rubia luego de un rato en el que Tusk se mantuvo con la mirada perdida y absorto en sus pensamientos.
– Descuiden, vayan tranquilos, yo me encargaré del Café – atajó la pelirroja dedicándole una sonrisa a su amada.
– ¡¿Eh?! – exclamaron Ange y Tusk al mismo tiempo. De hecho, las palabras de Hilda hicieron salir al joven del letargo en el que se había sumido.
– Yo pensé que tú también ibas a querer ir – dijo Ange contrariada.
– ¿Realmente me vas a dejar ir solo con Ange? – preguntó Tusk confundido.
– En circunstancias normales no lo habría permitido, perdedor. Dejar a Ange a solas con un pervertido es peligroso – empezó la mujer haciendo que el otro hiciera ademanes de reclamo – Pero entiendo cómo te sientes… Tener la esperanza de encontrarte con los tuyos es algo… – añadió la pelirroja bajando la voz con cada palabra hasta que fue incapaz de continuar.

Ange, al ver esto, enseguida fue a abrazar a Hilda y las dos se fundieron en un largo beso. Tusk las observó con detenimiento un rato, mientras recordaba lo que le había dicho Ange sobre la familia de Hilda. Cuando él escuchó esa historia la primera vez pasó mucho tiempo pensando qué era peor, si perder a tus padres porque murieron o perderlos porque conscientemente decidieron sacarte de su vida.

Obviamente, como alguien que perdió a su familia, Tusk sabía los sentimientos que provocaba en la pelirroja recordar aquel episodio. Por mucho que pasaran los años y sin importar que tenía mucho tiempo en una relación estable, Hilda seguía afectada por eso. De hecho, fue cuando Tusk empezó a verla en esos momentos que su opinión de la mujer empezó a cambiar.

Sentirla despertar gritando por las noches debido a las pesadillas, saber que se alejaba para llorar cuando veía a Vivian con su madre; y conocer que tenía episodios de crisis pensando que Ange se iba a cansar del trío y que la dejaría en favor de él, entre otras cosas, le mostraron una cara de la pelirroja que no conocía. Esos episodios le enseñaron que detrás de esa careta de mujer dura, dominante, fuerte y agresiva estaba un rostro humano que sentía y padecía.

A partir de allí, Tusk empezó a verla con otros ojos. Fue desde esa empatía que Tusk empezó a preocuparse en serio por su bienestar. No era que antes lo hacía de forma fingida, sino que lo hacía sólo para que Ange fuera feliz. Él sabía que si Hilda sufría, Ange también lo haría; sin embargo, desde ese momento, el joven se comenzó a considerar un Caballero de Hilda por el puro deseo de verla feliz, a pesar de que ella nunca cambió su trato hacia él.

Por eso, verla de nuevo en ese estado tan vulnerable, sentir de nuevo su temor por perderlo todo y quedarse sola; y sobre todo, recordar que todo aquello comenzó por el deseo de ella de ayudarle debido a que entendía sus sentimientos, hicieron que el muchacho tomara una decisión. Fue entonces que con resolución se acercó a la pelirroja para poner una mano en su espalda… Las palabras que pronunció luego tomaron por sorpresa a las dos mujeres.

– Hilda, tú tienes una familia ahora; y pase lo que pase, nosotros nunca te haremos a un lado ni renegaremos de ti – empezó a decir Tusk para luego respirar hondo con el fin de tomar fuerzas y pronunciar las palabras que había decidido manifestar – Y quiero que sepas que en mí también tienes a un Caballero.

Ange rompió el beso y miró a Tusk visiblemente asombrada, mientras que Hilda se giró para quedar frente a él incapaz de articular palabras. La primera reacción de la pelirroja fue burlarse del chico, pero cuando le vio se dio cuenta de que Tusk no hablaba de forma superficial; sino que lo hacía como una persona que sabe lo que es perder a su familia. En ese momento, Hilda recordó que él no sólo había perdido a sus padres, sino que le había tocado verles morir en el campo de batalla durante el primer enfrentamiento contra Embryo.

En todos los años en que los tres habían estado juntos, Hilda había llegado a respetar a Tusk. Aunque no dejaba de importunarle, en el fondo le tenía en buena estima, sobre todo porque hacía feliz a Ange y porque siempre se preocupaba y aseguraba de que las dos estuvieran bien. Esto último era muy apreciado por la pelirroja porque sabía que Tusk no le debía nada a ella; después de todo, la conexión entre ambos era Ange. Por eso, que el chico la incluyera en sus preocupaciones le parecía un detalle digno del Caballero que decía ser. No obstante, que Tusk llegara tan lejos como para decir las palabras que acababa de pronunciar la sacudió a tal punto, que la pelirroja sabía que a partir de ese momento iba a ser muy complicado seguirle molestando.

– Gracias – dijo Hilda en voz baja dedicándole por primera vez una sonrisa tierna al chico.
– Tusk… – susurró Ange sonrojada sintiendo que su amor por él acaba de crecer varios niveles.
– Voy a salir un rato, necesito tomar aire – dijo Tusk a manera de respuesta – No me esperen – finalizó para luego salir de la habitación.

Hilda casi de inmediato quiso responderle “Como si fuéramos a esperarte, perdedor”, pero esta vez la palabras no salieron de su boca; en ese momento, algo dentro de ella le hizo ver que Tusk no se merecía ese trato y ese pensamiento hizo que la pelirroja se sonrojara.

– Es todo un Caballero, ¿verdad? – preguntó Ange al darse cuenta de lo que pasaba con la otra.
– Sí… – empezó a responder Hilda con voz baja sintiendo admiración – Bueno, t-tampoco demasiado, s-sólo es un perdedor pervertido y… – trató de agregar cuando se dio cuenta de lo que había dicho, pero la rubia la calló con un beso.
– No te preocupes, no me molesta. Después de todo, fue mi idea – indicó Ange haciendo que la otra se sorprendiera – Aunque te ha tomado mucho tiempo, sabía que verías en él lo mismo que yo.
– Ange yo… – trató de decir la pelirroja, pero de nuevo fue callada por un beso de la rubia.
– Ahora no es momento de hablar eso, mañana no estaremos juntas y quiero compensarte eso muy bien esta noche – dijo Ange seductora mientras empezaba a acariciar el cuerpo desnudo de Hilda, quien no pudo evitar derretirse ante las acciones de su pareja.

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– ¿Una unidad de la Orden Diamond Rose? – preguntó Salia asombrada tras escuchar el relato de Salamandinay en la boca de Maggie.
– ¿Sólo te sorprende eso? – preguntó la doctora curiosa por la reacción de la otra.
– ¡Por supuesto que no! – contestó Salia a la defensiva – Es sólo que no entiendo cómo puede tener un Ragna-mail de la Orden. Las unidades de Irma y Tanya fueron destruidas y las otras están aquí – añadió la chica con el cabello púrpura – ¿Significa eso que había más? Embryo nunca dijo nada de eso… – finalizó la joven casi para sí misma.
– Eso no es garantía. Dudo que él le hubiera comentado todos sus secretos a nadie… ni siquiera a Ange – dijo Maggie para luego callarse abruptamente pensando que había tocado un tema sensible.
– Eso es cierto – aceptó Salia reflexiva – Pero entonces, si hay más unidades de ese tipo en la otra Tierra… Esto puede ser un grave problema ¿Ya se decidió qué vamos a hacer? – finalizó la chica de cabello púrpura.
– Sí, esto puede ser algo grave, pero aún no tenemos toda la información – respondió Maggie dándose cuenta de lo mucho que realmente había madurado Salia. Que ella fuera capaz de hablar del tema de Embryo y sobre todo de su preferencia por Ange de forma natural era algo impensable unos años atrás – Mañana mismo tú y Ange irán hasta Ciudad Aura para enterarse de todos los detalles y sólo entonces pensaremos qué hacer
– Pero…
– Pero nada, si no te invitamos a la reunión fue porque estabas agotada y queríamos que descansaras un poco, pero no puedes evadir tus responsabilidades con el Triunvirato – atajó la Doctora.
– ¡No las estoy evadiendo! – exclamó Salia en voz alta – Es sólo que mañana tendremos otra jornada intensa de revisión médica y vas a necesitar ayuda – añadió la chica de cabello púrpura tratando de ocultar lo obvio.
– Tonterías. Puedo arreglármelas perfectamente sola; y en todo caso, aquí hay bastantes personas que me pueden ayudar – respondió Maggie firme – El tema de este visitante desconocido es mucho más importante.
– Está bien, está bien, iré – aceptó Salia derrotada tras dar un largo suspiro.

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Tusk miraba el mar sentado en la playa. En paralelo a la construcción del café, Ange y él habían construido la casa donde ahora vivían. La idea era que ambos lugares estuvieran cerca para facilitar los traslados; y como resultado de esa idea, los dos sitios terminaron estando junto al mar. Por esa razón, cada vez que el muchacho quería poner en orden sus ideas se acercaba a la playa, se quitaba sus zapatos y se sentaba de modo que el agua llegara hasta sus pies con cada ola.

– Imaginé que estabas aquí – dijo Ange al llegar junto a su pareja y sentarse a su lado.
– Ange, vas a mojar tus zapatos – indicó Tusk sin voltear a verla.
– Descuida, ya me los quito – respondió la mujer para luego colocar sus zapatos fuera del alcance del oleaje y recostar su cuerpo junto al cuerpo del muchacho.
– ¿Hilda? – preguntó Tusk sin dejar de ver el mar.
– Está dormida… creo que entre los dos la dejamos sin fuerzas – dijo Ange sonriendo y ese comentario hizo la magia porque Tusk empezó a reír de buena gana, lo cual fue acompañado por la rubia.
– Espero no te haya molestado lo que hice – dijo el joven cuando ambos dejaron de reír.
– No. Siempre he deseado que Ustedes se lleven bien. Claro, quizás no taaan bien, pero bien – respondió Ange juguetona – Al final, somos adultos y tengo plena confianza en que pase lo que pase, nuestros lazos no se romperán – añadió la rubia abrazando a su pareja.
– Nunca, Ange – respondió Tusk de inmediato – No hay forma de que tú salgas de mi corazón. Te amo, Ange – finalizó el joven haciendo estremecer a la rubia.

Con el tiempo, Ange empezó a sentir cómo sus sentimientos por Tusk crecían al punto de que llamarlos cariño era quedarse muy corto; sin embargo, la rubia no se atrevía a dar el paso y decírselo. A pesar de todo, y luego de muchas batallas, seguían habiendo cosas que la intimidaban y un rechazo suyo era una de ellas. Por eso cuando Tusk le dijo por primera vez que la amaba se sintió la mujer más feliz de las dos Tierras; y a partir de allí, Ange se dijo que nunca más se frenaría para hacerle saber a él lo que sentía.

Además, aun cuando habían pasado varios años desde aquel momento, la rubia seguía sintiendo un estremecimiento exquisito cada vez que escuchaba esa frase en sus labios. Por ese motivo, la mujer de inmediato se arrojó a los brazos del otro para expresarle lo que sus palabras le hacían sentir.

– ¿Sigues preocupado? – preguntó Ange luego de que terminaran el encuentro amoroso.
– Sí… no puedo sacarme de la cabeza la idea de que todo esto no es más que una trampa – respondió Tusk – Yo me pasé años buscando sobrevivientes y nunca encontré ninguno… ninguno Ange, ni siquiera rumores. Todo esto se me hace extraño – finalizó el chico.
– Lo sé, pero Salako se veía muy seria al respecto. Algo tuvo que haberle dicho esa persona para dejarla así – indicó la rubia suspirando.
– Sí… Salamandinay no es una mujer que se deje abrumar fácilmente.
– Pero darle vueltas y vueltas no ayudará, Tusk. Creo que es mejor regresar y descansar un poco. Mañana será un día agitado.
– Quedémonos un rato más…. Cada vez que lo hacemos junto al mar y podemos ver las estrellas luego, recuerdo nuestra primera vez – dijo Tusk tomando la mano de Ange quien se sonrojó al pensar en aquel momento.
– Está bien… Pero no creas que estaremos 12 horas aquí afuera – dijo Ange levantando la voz – Pescaríamos un resfriado – añadió luego casi en un susurro, porque en el fondo esa idea le gustaba mucho.

Cerca de allí, en la puerta de la casa, se encontraba Hilda deshojando la margarita de si ir a acompañar a Ange y Tusk o no. Ella sabía que la rubia había ido a verle y también sabía que Tusk estaba alterado emocionalmente por lo que necesitaba apoyo. Sin embargo, la pelirroja no podía encontrar las fuerzas para salir de su hogar.

Hilda sabía que hacerlo cambiaría por completo, y quizás para siempre, el tono de su relación con Tusk; y la mujer no se sentía nada preparada para ello. Hasta ese momento, su corazón le pertenecía por completo a Ange; por lo que darse cuenta de que el chico había logrado crearse un lugar allí, la había sacudido hasta lo más profundo.

Obviamente, eso no lo logró esa noche, esas palabras sólo fueron el toque final de algo que ya se había producido. Cada gesto, cada palabra de interés, cada sonrisa, incluso cada reacción de miedo por sus acercamientos hostiles, todo había ido sumando. Ahora la mujer estaba segura de ello; y aunque Hilda tenía perfectamente claro que Ange tenía un lugar inamovible en su corazón, asimilar que allí ahora estaba otra persona no era sencillo. Ni siquiera el hecho de que la rubia lo comprendiera le facilitaba las cosas.

– Una familia… Mi Caballero… – dijo Hilda en voz baja recordando las palabras de Tusk – Yo quiero una familia… Y quiero a mi Caballero… – añadió la pelirroja sintiendo cómo sus mejillas se teñían del mismo color de sus cabellos mientras pensaba en las implicaciones de esas palabras – Y-y-yo necesito tiempo para pensar – finalizó la mujer con muchos nervios para luego regresar al interior de la vivienda.

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Ange, Tusk e Hilda se encontraban fuera de su casa porque era hora de partir hacia Ciudad Aura; las revelaciones del día anterior no eran para ser tomadas a la ligera porque lo que mientras más rápido pudieran estar allá, mejor.

– Nos vemos, Ange – dijo Hilda para luego darle un beso de despedida a la rubia.
– Nos vemos – respondió Ange correspondiendo al beso.
– Hasta luego Hilda – dijo Tusk una vez que las mujeres se separaron.
– Hasta luego, Tusk – dijo Hilda y de forma inconsciente dio un paso al frente para besar al chico.

Tusk se puso muy nervioso al adivinar la intención de la pelirroja, aunque era innegable que deseaba el beso. Por esa razón, tras un instante de duda, el joven dio un paso al frente para corresponder; sin embargo, en ese momento, Hilda cayó en cuenta de lo que iba a hacer y su rostro se tornó completamente rojo. Acto seguido, la pelirroja lanzó un grito ahogado y se quedó congelada, acción que hizo detenerse a Tusk.

– Perdiste tu oportunidad – dijo Ange juguetona y en ese momento tomó la mano de Tusk para montarse con él en el vehículo volador – Esto va a ser más divertido de lo que pensé – agregó la rubia riendo a carcajadas y haciendo que los otros dos se sonrojaran todavía más.

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Salia, Ange y Tusk se disponían a montarse en sus Ragna-mail después de mucho tiempo. Aunque nunca habían dejado los ejercicios de entrenamiento, lo cierto era que cada vez eran más distanciados por lo que las máquinas pasaban más tiempo guardadas que en el aire.

– No luce mal – dijo Ange al mirarse puesto su nuevo rider suit.
– Te dije que eran más cómodos. Los rider suits de Arzenal eran demasiado bochornosos y el frío que se pasaba era terrible – señaló Salia recordando esos tiempos con vergüenza.
– Imagino que por eso fue tu insistencia de decirle a Jasmine que confeccionara éstos –afirmó Ange.
– ¡Claro! Algo bueno de mi época como Caballero de la Orden Diamond Rose es que pude usar un rider suit decente. Por eso quise que todos se rediseñaran de esa forma – indicó la chica de cabello púrpura – Y mira que Jasmine se tomó su tiempo en terminarlos.
– Debes entenderla, había otras prioridades y no era como si tuviéramos misiones de combate diarias – indicó Ange defendiendo a Jasmine y haciendo que Salia asintiera no muy convencida.
– Lucen mucho mejor así – intervino Tusk haciendo que las dos se sonrojaran.
– Bien, bien, es hora de irnos – dijo Ange para cambiar de tema – No queremos llegar tarde… Por cierto, aprovechemos para practicar tu uso del modo Ariel de tu Ragna-mail – agregó Ange.
– ¡¿Eh?! ¡¿Ahora?! – preguntó Salia nerviosa.
– Sí, ahora. Debes practicar bajo presión real, así que ¡Cuento contigo!

Tras la batalla final contra Embryo, Ange se concentró en aprender a dominar el modo Ariel del Villkiss con el fin de poder moverse a donde ella quisiera con total precisión. Una vez que la rubia lo logró, se dedicó a enseñarles a las demás usuarias de Ragna-mail, Salia incluida, cómo hacerlo.

– Ya sabes, mente en blanco, enfócate en el lugar al que quieres ir, visualízalo y luego da la orden – explicó Ange.
– Entendido – respondió Salia para luego proceder a ejecutar las instrucciones. Instantes después, los tres Ragna-mail que estaban en el aire desaparecieron.

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Salamandinay junto con Naga y Kaname salieron a recibir a Tusk, Ange y Salia una vez que arribaron al Templo. La princesa de inmediato le pidió a los recién llegados que la siguieran; y mientras caminaban les dio todos los detalles respecto al interrogatorio que le habían hecho al visitante de la otra Tierra el día anterior.

– Naga, Kaname, vayan a buscar al joven y tráiganle aquí – ordenó Salamandinay tras llegar a la habitación donde la princesa había recibido a Ange y a Tusk cuando pisaron por primera vez el Templo, y sus lugartenientes salieron de inmediato a cumplir la encomienda.
– ¿Entonces hubo varios sobrevivientes de Los Antiguos? – preguntó Tusk casi para sí mismo.
– Así parece, Tusk-dono – respondió Salamandinay.
– Salako, ¿y de verdad le creen? – preguntó Ange.
– Admito que no es una historia fácil de aceptar, pero que haya podido reparar un Ragna-mail y que aprendiera a usarlo por sí mismo es todavía más difícil de creer – señaló Salamandinay reflexiva – Si alguno tiene una teoría alternativa que sea mejor, soy toda oídos – agregó la princesa.
– Podría ser que Embryo hubiera dejado más unidades en el Imperio Misurugi o en las otras naciones – respondió Salia haciendo que los demás se sorprendiera porque había mucha lógica en sus palabras; sin embargo, antes de que alguno pudiera contestar llegaron Naga y Kaname con el chico.
– Bien, les presento – dijo Salamandinay cerrando temporalmente la discusión de la teoría expuesta por Salia – Dominic, ellos son Ange, Salia y Tusk. Chicos, él es Dominic.
– ¡¿Tusk?! / ¡¿Dominic?! – exclamaron Dominic y Tusk al unísono al tiempo que enfocaban sus ojos el uno en el otro.

Notas del Autor

Wow, este capítulo me quedó bastante largo, pero no quería cortarlo, necesitaba contar exactamente todo lo que dije. Toca ver ahora si mantendré este largo o regresaré al promedio anterior… en esta historia estoy tratando de mantener los capítulos en menos de 3mil palabras, pero creo que poco a poco estoy volviendo a mi estilo regular de capítulos inmensos.

Para los que se preguntan lo del cambio de frase de Tusk hacia Ange. En la serie, el chico (y ella) usaron el “suki” (好き) para confesar sus sentimientos. En nuestro idioma, esa palabra equivaldría a “querer”; sin embargo, los japoneses se toman muy en serio, a diferencia de nosotros, la transición entre el querer y el amar.

Para ellos, el “ai” (愛) está reservado sólo para aquellas relaciones donde ese sentimiento inicial se ha desarrollado y solidificado gracias a las experiencias vividas como pareja y a los años de relación / convivencia. Demás está decir que ese momento en el que cada uno hace el cambio de “suki” hacia “ai” es un momento muy importante dentro de una relación amorosa.

Por esa razón, Ange tiene fijado en su memoria ese instante en el que Tusk le dijo por primera vez “yo te amo” (“ai shiteru” (愛してる)). Considerando que han pasado 5 años desde el final de la serie, considero que es apropiado pensar que ellos ya estén en ese nivel; sobre todo porque han vivido juntos casi desde el principio de su relación.

Bien, sobre la trama principal, Dominic por fin ha hecho contacto con su objetivo primario, Las Norma. No obstante, ese regalo llegó envenenado. Ni en los escenarios más rebuscados, el joven se imaginó que Tusk estaría en el paquete. Por su parte, Tusk acaba de recibir pruebas contundentes de que esa persona que clamaba ser de Los Antiguos decía la verdad, ¿A dónde irá a parar todo eso? ¿Qué implicaciones tendrá este giro de los acontecimientos? Les dije que las operaciones de encubierto eran las más complicadas.

Por cierto, muchas gracias a flayjunior15 por tomarse el tiempo en escribir; y en respuesta a sus comentarios diré que sí, pronto se vendrán escenas de acción en la historia. Les pido un poco de paciencia porque primero quiero dejar establecidas unas bases sólidas, pero dentro de poco se vendrán los combates.

Sobre el triángulo, siempre pensé que el deseo de Sunrise era que los tres estuvieran juntos y como no he visto casi historias de eso, decidí explorar esa relación a tres bandas en este arco; en especial, el vértice de Tusk e Hilda que empezó a tener movimiento en este capítulo.

Tengo que admitir que es la primera vez que escribo contenido yuri, por lo que estoy haciendo un gran esfuerzo para que cada escena resulte fluida y creíble. Y por si alguien se lo pregunta, no, no me he olvidado de Chrisalie, Ersha y las demás; pronto las verán adquiriendo más protagonismo, descuiden.

Bien, sin más que decir, sus comentarios, críticas, sugerencias, etc, son bienvenidas. Espero que sigan disfrutando de su lectura y nos vemos en la próxima entrega.

Para ir al capítulo anterior hagan clic aquí.

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