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FanFic Cross Ange: La Venganza de los Antiguos 2

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FanFic Cross Ange

Cross Ange: 天使と竜の輪舞 (Rondó de Ángeles y Dragones)
La Venganza de los Antiguos
Por Shougo Amakusa (@shougoamakusa)

Capítulo 1
La Vida en la Tierra Verdadera

Cinco años han pasado desde que Embryo fue derrotado y en ese tiempo, Ange, Tusk, Hilda, Salia y las demás han tenido una vida pacífica en la Tierra Verdadera. Atrás quedaron esas etiquetas denigrantes de “Norma” o “DRAGON” e incluso ya no se mencionaban a los Antiguos para referirse a Tusk.

Ahora sólo existen ciudadanos ya sea del Pueblo de Aura o de la ciudad llamada Nueva Arzenal. Al final, ese país anhelado por Ange tomó forma en una ciudad que estaba siendo desarrollada con el esfuerzo de todos. Quizás no era tan grande como la capital del antiguo Imperio Misurugi, pero daba buen cobijo y eso era lo más importante.

Maggie se convirtió en Directora del Hospital de la ciudad y Salia encontró allí un oficio para empezar a sanar sus heridas; Jasmine inauguró una enorme tienda por departamentos junto a Rosalie y Chris quienes vieron en aquel negocio una oportunidad de hacer dinero.

Ersha fundó un instituto educativo que iba desde la etapa media hasta la preparatoria. Después de sufrir por la muerte de sus niñas, la mujer decidió enfocarse en ayudar a los demás a educarse para evitar que se repitieran sucesos como los que habían padecido.

Obviamente, ese proyecto requirió apoyo de personal preparado para impartir las clases; sin embargo, Ange resolvió ese inconveniente pidiéndole ayuda a Salamandinay. La princesa estuvo muy contenta por esa iniciativa; y no dudó en enviar a muchas de las profesionales que había en Ciudad Aura con el fin de ayudar. Sin mencionar que Joan, la profesora que le enseñaba a las Norma más pequeñas todo sobre su misión y los dragones, también se unió al proyecto.

Mei inauguró un taller junto con todas sus asistentes pues reparar cosas seguía siendo su pasión; por su parte, Vivian, quien se fue a vivir con su madre, decidió dedicarse a estudiar junto con Nonna y Mary, convirtiéndose en las primeras alumnas del instituto de Ersha.

Y así poco a poco cada una de las sobrevivientes de Arzenal fue rehaciendo su vida; inclusive Emma encontró su lugar en esa nueva realidad y terminó uniéndose al taller de Mei.

Es cierto que considerando las dimensiones, llamar ciudad a aquel sitio era pretencioso; pero todos tenían el sueño de algún día convertir a esa isla, que representaba la libertad y un nuevo comienzo, en una gran metrópoli.

Finalmente, tenemos a Ange. La rubia no dudó un instante en cambiar su traje por una blusa y una falda para atender su Café. Por supuesto que junto a ella estaban Tusk, Hilda y Momoka; además, tiempo después se unieron Pamela, Hikaru y Olivier.

Ahora bien, alguien tenía que gobernar esa nueva ciudad; es por ello que luego de darle muchas vueltas se decidió que Nueva Arzenal sería regida por un Triunvirato formado por Jasmine, Maggie y Ange. La rubia inicialmente no tenía intenciones de dirigir, pero todos le pidieron que aceptara el puesto con tanta vehemencia que no pudo negarse.

Sin embargo, desde el instante en que Ange asumió esa posición, empezó a preparar a Salia para que eventualmente la reemplazara. La peliazul había madurado muchísimo tras la muerte de Alektra, por lo que la rubia sabía que era la mejor opción. Además, a diferencia de las otras chicas, Salia ya tenía experiencia de mando.

No obstante, la discípula de Jill, aunque apreciaba la confianza, no se sentía cómoda con la idea porque no se veía preparada para semejante responsabilidad. Aún así, Ange no cedía un milímetro primero porque sabía que Salia era capaz; y segundo porque deseaba dedicarse por entero a su Café.

Cuando el Triunvirato de Nueva Arzenal fue establecido, una de sus primeras acciones fue reunirse formalmente con el gobierno de ciudad Aura. La idea era establecer reglas de convivencia. Es verdad que al haber luchado juntos en batalla, había una enorme confianza y un profundo respeto y admiración entre ambos pueblos; sin embargo, compartir el mismo planeta era otra cosa. Sobre todo porque Ciudad Aura y la isla de Nueva Arzenal no estaban demasiado lejos; y porque Jasmine, Maggie y la propia Ange pensaban en el futuro expandirse hacia tierra firme.

Por esa razón, una de las medidas que tomaron para fortalecer los lazos de amistad fue intercambiar ciudadanos. De ese modo, ambas culturas se fusionarían y ambos pueblos se sentirían más unidos. Fue así como Chris, Rosalie, Ersha, Nonna y Mary, además de Vivian y otras chicas, se mudaron a Ciudad Aura; mientras que muchas de las mujeres de aquella ciudad se fueron a vivir a Nueva Arzenal.

Aquella mañana hacía un sol radiante y el mar estaba en calma por lo que apenas si se podía escuchar el oleaje; en ese panorama Hilda abrió los ojos sintiendo la luz golpear su rostro de forma molesta.

– ¡No puede ser! ¿Ya amaneció? – preguntó la pelirroja con incredulidad, al tiempo que se frotaba los ojos.
– ¿Qué dices? – inquirió Ange somnolienta.
– Que ya es de día y debemos prepararnos para abrir el café.
– ¡¡¿Ah?!! – gritó la rubia incorporándose de inmediato en la cama – Pero si acabamos de irnos a dormir.
– Lo sé, lo sé… creo que no debimos excedernos tanto anoche – dijo Hilda sabiendo que les esperaba un día pesado – ¡Hey tú, perdedor! ¡Despierta! – añadió en voz alta al tiempo que le ponía un pie encima a Tusk quien seguía dormido.
– ¡Aaahhhhh! – gritó el chico para luego caerse de la cama – ¿Qué pasó?
– Que ya amaneció y debemos abrir el Café – dijo Ange mientras reía por lo que había pasado.
– No – respondió Tusk quejándose como niño malcriado.
– ¿De qué te quejas? – preguntó Hilda fingiendo enojo – Tienes el privilegio de estar con dos hermosuras como nosotros, así que tienes que portarte bien y ser nuestro esclavo – añadió la pelirroja encarando al chico con hostilidad.
– ¡¿Ehh?! – gritó Tusk al tiempo que Ange e Hilda reían con ganas.
– A veces creo que somos muy duras con él – dijo Ange reflexiva al tiempo que se acercaba a Tusk para ayudarlo a ponerse de pie.
– Lo sé, lo sé, pero él se lo busca. Es demasiado fácil y divertido molestarle – respondió Hilda sonriendo – Además, por mucho que pasen los años, todavía no sé cómo me convenciste de esto – añadió sonrojándose – ¿Segura que no fue idea del pervertido ese? – preguntó alzando la voz al tiempo que se acercaba al chico para golpearle.
– ¿Ahh? No fue idea mía, lo juro, lo juro – dijo Tusk alejándose.
– Como si fuera a creerte, perdedor – respondió Hilda.
– Ya, ya, suficiente. Sabes bien que la idea fue mía – dijo Ange con tranquilidad aunque sus mejillas se tiñeron de rojo – Esa rutina de tener que elegir si dormir en un cuarto o en otro, o de escoger con quién irme a la cama si contigo o con él me parecía tonta. Yo los amo a los dos y no quiero estar separada de Ustedes, ¿queda claro? – dijo Ange sonriendo con timidez pues a pesar del tiempo, los temas amorosos aún le avergonzaban un poco.
– Yo siempre estaré contigo, Ange. Siempre seré tu caballero – dijo Tusk al tiempo que se acercaba a abrazarla.
– ¡Hey! ¡Has espacio! – dijo Hilda al tiempo que llegaba a abrazar a la rubia – Tú siempre será mi príncipe, Ange, y no pienso irme a ninguna parte. Aunque tenga que soportarlo a él – añadió.
– Así está mejor – dijo la rubia mientras abrazaba con fuerza a ambos – Ustedes tienen prohibido separarse de mí, aunque tengan que estar cerca del otro. Además, tampoco es que Ustedes se lleven mal; y me gusta verlos mientras estamos haciéndolo – añadió la rubia haciendo que ambos se sonrojaran.

Tras la pelea contra Embryo, Ange y Tusk decidieron vivir juntos. La rubia y su caballero no dudaron ni un instante en dar el paso. Todo lo que habían padecido hasta la batalla final con el regulador les había mostrado cuan frágil es la vida; por esa razón, ambos pensaban que darle largas a algo que los dos deseaban era una tontería. Esta demás decir que Momoka les acompañó porque simplemente no puede estar lejos de su querida princesa.

Pero no todo era tan simple. Ange también tenía sentimientos por Hilda. Desde aquella convivencia en la celda, la rubia y la pelirroja hicieron las paces y formaron una amistad que poco a poco fue convirtiéndose en algo más.

La primera en darse cuenta y aceptarlo fue Hilda y por eso se le declaró antes de la batalla final temiendo ser rechazada; no obstante, Ange no sólo no la rechazo, sino que decidió besarla. En aquel momento, la rubia pensó que aquello había sido un impulso, pero no tardó en darse cuenta de que su corazón había sido tocado por aquella chica.

Y fiel a su naturaleza, Ange decidió tener una conversación con los dos y decirles la verdad. Hilda ya sabía que el corazón de la rubia no podía ser sólo para ella, así que entendió la situación; por su parte Tusk, para sorpresa de ambas, se mostró comprensivo porque lo que él deseaba era la felicidad de su amada. En ese momento todo quedó decidido e Hilda se mudó con ellos, iniciando así la relación amorosa de los tres.

– ¡Ange! – respondieron Hilda y Tusk al unísono mientras abajan la cabeza por la vergüenza.

Por más que pasara el tiempo, la pelirroja no olvidaba el día en que Ange decidió que verles de forma separada no era suficiente. Aquello había sucedido hacía exactamente 4 años; es decir, un año después de iniciar su relación de 3.

– ¿Qué dices? ¡Eso es una locura! – gritó Hilda con la cara totalmente roja.
– ¿Lo es? ¿No dijimos que destruiríamos ese mundo ridículo que discriminaba a la gente? – preguntó Ange con seriedad, aunque igualmente sonrojada – Además, no es la primera vez que estás en una relación así. Te recuerdo que cuando estabas con Zola, ¡Ustedes eran 4! – añadió la rubia subiendo la voz pues el recuerdo le hizo sentir celos.
– ¡Aquello era distinto! – respondió Hilda al ver el enfado de Ange – Yo nunca amé a Zola y tampoco a las chicas. Eso fue parte de mi plan para escapar, ¿lo olvidas? – añadió la pelirroja con desesperación – Además, en lo que tú propones hay un hombre, Ange. ¡Un hombre!
– ¿Eh? ¿Si fuera mujer aceptarías entonces? ¿Es que odias a los hombres? ¿Debo ponerle un vestido a Tusk? – preguntó Ange con malicia.
– No, no, no, no, eso no fue lo que quise decir – dijo Hilda agitando los brazos casi a punto de desmayarse ante la presión que estaba sintiendo – Ok – terminó diciendo con un hilo de voz al cabo de unos instantes.
– ¿Qué dijiste?
– Que está bien, Ange, acepto… Supongo que ese perdedor estará contento con este arreglo, ¿cierto? Pero que no se equivoque, yo quiero estar sólo contigo. Él es un mal necesario, nada más – dijo Hilda tan rápido que atropellaba las palabras.
– Hilda – dijo Ange en tono de reclamo.
– Lo siento, lo siento – se disculpó la pelirroja sabiendo que a Ange le molestaba que cualquier persona, Hilda incluida, hablara mal de él.
– Primero que todo, él todavía no lo sabe. Quise hablar contigo primero – dijo Ange haciendo que la rubia contuviera la respiración por haber tenido ese gesto con ella – Segundo, no creo que él esté muy feliz con la idea, pero tampoco le permitiré negarse. Y tercero, no tengo la intención de que Ustedes lo hagan, hay suficiente de mí para ambos – terminó la rubia con firmeza dando por zanjado el tema.

A Tusk casi le da un infarto cuando Ange le hizo la propuesta; sin embargo, a pesar de que el chico no estaba muy ganado porque todavía se sentía un poco intimidado por Hilda, el poder de convencimiento de la rubia hizo su magia y Tusk terminó cediendo.

– Esto es una mala idea – dijo Hilda mientras se moría de vergüenza al estar en la misma habitación con Ange y Tusk.
– Estoy de acuerdo – dijo Tusk sin saber qué hacer.
– Vamos, vamos, para mí tampoco es fácil – dijo Ange para luego tomar la iniciativa abrazando a Hilda y atrayéndola hacia la cama.

Pronto las dos mujeres se fundieron en un beso apasionado que hizo olvidar a la pelirroja la situación en la que estaba; y eso fue aprovechado por Ange colocarse encima de la otra y empezar a desvestirla. Instantes después, los pechos de Hilda estuvieron al descubierto y la rubia no dudó en comenzar a pasar su lengua por ellos.

Hilda comenzó a gemir ante la estimulación implacable de su pareja, quien no dudó en chupar y morder sus pezones, haciendo que la pelirroja temblara de placer sin importarle que un hombre compartía la habitación con ellas.

Tusk no pudo evitar calentarse ante semejante panorama y llevado por sus hormonas abrazó a Ange por la espalda mientras empezaba a quitarle la ropa. Hilda en ese momento, recordó que el chico estaba con ellas y quiso zafarse, pero Ange fue más fuerte para no dejarla escapar, mientras seguía disfrutando de los pechos de la pelirroja.

Pronto la lengua de la rubia empezó a recorrer el caminó desde los pechos hasta la entrepierna de Hilda, haciendo que la mujer sintiera escalofríos. Por su parte, Tusk ya había dejado desnuda a su mujer de la cintura para arriba y sin dudar empezó a besarle la espalda haciendo que Ange se contorneara presa del deseo.

La rubia estaba sintiendo cosas que nunca había experimentado y aquella situación le estaba empezando a gustar muchísimo. Sobre todo porque era algo que iba a poder vivir desde ese momento en adelante. Sin embargo, primero se tenía que asegurar que sus parejas ya no se resistieran; por eso, no dudó en despojar a Hilda de su falda y ropa interior para empezar a besarle el vientre.

– Ange, no, para – atinó a decir Hilda haciendo un esfuerzo en medio de la excitación que sentía.
– ¿No? Sabes que te gusta – respondió Ange con picardía – ¡Ahh! Así Tusk, lámeme así – añadió al sentir la estimulación en su espalda.

Ange siguió besando y lamiendo el vientre de su amada por un rato para luego seguir bajando y llegar a la cueva de la pelirroja.

– AHHHHHHHH – gritó Hilda al sentir cómo Ange chupaba su botón.
– ¿Aún quieres que pare? – preguntó Ange.
– No, por favor, sigue – contestó Hilda con rapidez haciendo que la otra sonriera.

Para ese momento, Tusk ya había desvestido a su pareja y su lengua estaba recorriendo de arriba abajo ambas piernas de la rubia.

– Me encanta que me comas toda, Tusk – dijo Ange jadeando con fuerza.
– Tu aroma me enloquece, Ange. Tu cuerpo me vuelve loco – respondió Tusk.
– Entonces tómalo, aquí lo tienes, es tuyo – dijo la rubia.
– También… es… m… AHHHHHH – empezó a decir Hilda, pero Ange la cortó aumentando la estimulación.

Tusk entonces empezó a besar las nalgas de la rubia, mientras que Ange penetraba a Hilda con sus dedos. Momentos después, los gritos de los tres inundaron la habitación donde ya el pudor había dado paso al deseo y a la necesidad de dar y recibir placer.

– Ange, no puedo aguantar más – dijo Tusk mientras apuntaba su miembro a la vagina de la rubia.
– No te contengas, tómame – dijo Ange y casi de inmediato sintió a su hombre dentro de ella – AHHHH – gritó la mujer mientras disfrutaba la sensación de ser poseída y aceleraba sus movimientos en la vagina de la pelirroja.
– Ange, sigue, no pares, NO PARES – gritó Hilda sintiendo el orgasmo cerca.

La rubia se volvió a fundir en un beso con la pelirroja al tiempo que sentía a Tusk chupándole la parte de atrás del cuello, sin dejar de embestirla.

– Vamos Tusk, más fuerte, más rápido – rogó Ange con una voz marcada por el deseo.
– Sigue Ange, sigue, hazme acabar – pidió Hilda enloquecida por el placer.
– Estoy cerca Ange, estoy cerca – dijo Tusk sintiendo que ya estaba por llegar.

La primera en alcanzar el clímax fue Hilda quien lanzó un fuerte gritó de placer. Luego fue el turno de Tusk, quien se vació en el interior de la rubia; y esa estimulación final, producida por las sacudidas del pene de su pareja, hizo que Ange alcanzara el orgasmo.

– Esto es otra cosa – dijo Ange con una enorme sonrisa de satisfacción al tiempo que se acostaba poniendo la espalda en la cama para luego hacer que Hilda y Tusk se colocaran encima de ella. La pelirroja a su derecha y Tusk a su izquierda – Hey vamos, ¿no les gustó? – preguntó la rubia fingiendo enfado al ver que sus dos amores habían regresado al estado de incomodidad inicial.
– Me gustó mucho – dijo Hilda en voz muy baja, al tiempo que se sonrojaba.
– A mí también – dijo Tusk de la misma forma e igualmente sonrojado.
– Me alegra escucharlo porque apenas estamos empezando – dijo Ange con picardía y deseo.
– ¡¿Eh?! – gritaron Tusk e Hilda al mismo tiempo.

Notas del Autor

Este capítulo me quedó más largo de lo que quería, pero no deseaba cortar la escena. Algo que siempre quise explorar luego del final del anime fue esa relación a tres bandas entre Ange, Hilda y Tusk. Pero no, esta historia no se centrará en relaciones íntimas.

Como ya les dije, he pensado en un arco argumental entero. Sin embargo, voy a aprovechar este marco para explorar todo lo que pueda las relaciones entre los personajes. Después de todo, si algo tuvo la serie original es que nos mostró las diferentes caras de las relaciones humanas. Cualquier comentario, sugerencia, crítica, soy todo ojos. Nos vemos en la próxima entrega.

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