Amaama to Inazuma: Una hermosa serie acerca de nada

(Lechería, 21 de septiembre. Yakuza Webzine).- Tras 12 ricos episodios terminó la serie más hermosa y apetitosa de esta temporada; sí, acertaron me refiero precisamente a Amaama to Inazuma.

Muchas veces cuando estamos viendo muchas series, siempre hace falta una que sirva para relajarnos. Algunos prefieren buscar para ese propósito series cargadas de humor; no obstante, en mi caso busqué una serie tierna cargada de comida.

Hacía tiempo que no me dedicaba a ver una serie “slice of life” puro; y mi elección para retomar el género no pudo estar más acertada. Amaama to Inazuma es un claro ejemplo de que algunas veces no tener trama es lo correcto. Por cierto, a partir de acá vienen spoilers.

Y es que si pudiera definir a esta serie, tomaría el slogan de la exitosa comedia americana Seinfeld; Amaama to Inazuma es ciertamente una serie acerca de nada. A lo largo de los 12 episodios no vemos que se cuente una historia, sino que observamos la rutina de vida alrededor de los protagonistas.

Pero si no tiene trama, ¿qué la hace tan especial? Pues unos protagonistas muy bien construidos con los que nos podemos identificar fácilmente; una gran comprensión de la sicología infantil y unos increíbles segmentos de cocina.

Si algo tiene esta serie es que mostró de forma muy realista a Tsumigi, la hija de Kouhei. Estoy seguro de que en algunas ocasiones, incluyendo su pataleta en el capítulo final; a más de uno se le ocurrió pensar que era una niña malcriada.

Y quizás en cierto modo lo sea, pero dos cosas, primero, no olvidemos sus circunstancias; a la chica se le murió su madre hace menos de un año y segundo, es una niña de preescolar.

¿Acaso nunca han visto a niños de esa edad haciendo berrinches?. Además, si pensamos en su reacción en el restaurante durante el capítulo final; recordemos que a esas alturas, ella está acostumbrada a participar durante la preparación de la comida, por lo que ver que le dan todo hecho la saca de su zona de confort.

Incluso, para aquellos padres que tenemos hijos pequeños; seguramente hay varios momentos que podemos usar como ejemplo en la crianza de nuestros hijos. De hecho, otra cosa que me encantó es la manera en que Kouhei maneja las situaciones complicadas con su hija.

A pesar de que la trate con amor, le deja muy en claro de que cuando deba reprenderla lo hará. Y no sólo eso, pondrá su mejor esfuerzo para hacerlo. Esas palabras me hicieron reflexionar mucho.

Demás está decir que los segmentos de cocina fueron magistrales todos; desde la interacción de los personajes, sus reacciones, la animación y la fluidez con que cada uno de ellos transcurrió me parecieron sublimes.

Era mágico esperar la semana para ver qué situaciones iban a vivir los protagonistas; y algo que debo resaltar es que en todo momento lo que nos mostraron fueron situaciones cotidianas.

Este tipo de apuestas son arriesgadas porque para poder ser exitosas dependen muchísimo de los personajes. Si los mismos no tienen carisma y no enganchan la serie será un fracaso.

Pero ¿Cómo no adorar a Tsumigi?. En lo particular, muchos de sus gestos me recordaron a mi hijo. ¿Cómo no disfrutar la comida viendo comer a Kotori?. ¿Cómo no alabar los esfuerzos de Kouhei por ser un mejor padre?.

Un final digno para una gran serie

Y si todo era mágico, el final no pudo ser mejor. Pudiera decirse que la serie tiene dos dramas subyacentes. El primero es la situación de padre soltero de Kouhei (incluyendo el hecho de que Tsumigi es huérfana de madre); y, el segundo es el hecho de que la madre de Kotori siempre está ausente.

Pues bien, en el episodio final ambos temas se tocaron dando esa sensación de que un círculo se cerró. En primer lugar, Padre e hija visitaron la tumba de la madre pues se cumplía un año de su fallecimiento; y, en segundo lugar, Megumi esta vez pudo llegar a tiempo para comer con todos.

Creo que si algo le faltaba a la serie era ese momento donde todos los protagonistas comieran juntos, y, este cierre nos lo regaló. Además, siento que fue en el momento justo para que el impacto fuera mayor.

Sobre los aspectos técnicos, el arte me pareció atractivo y la animación fue competente. De hecho, los segmentos de cocina estuvieron muy fluidos y realistas. Por su parte, la banda sonora es quizás el punto flaco de la serie.

La dirección estuvo impecable, porque al no haber trama, la responsabilidad del director era aún mayor; y Tarou Iwasaki supo hacerle frente al compromiso.

Si desean una serie para relajarse y divertirse aprendiendo recetas de cocina junto a unos personajes memorables; entonces Amaama to Inazuma es la elección correcta.

Por Shougo Amakusa (@shougoamakusa)