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The Last Jedi, el film más caótico de Star Wars a la fecha

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The Last Jedi Review

(Madrid, 17 de Diciembre. O’kuroku).- Star Wars: The Last Jedi era el film más esperado del año, ahora que está aquí toca hablar de ella, largo y tendido. La octava entrega de la saga de los Skywalker resultó ser un film lleno de grandes momentos, pero que tiene fallas narrativas flagrantes.

The Last Jedi fue dirigida y escrita por Rian Jonson, conocido por su trabajo en Brick, Looper y en episodios de Breaking Bad. La producción corrió a cargo de la mandamás de Lucasfilm, Kathleen Kennedy y por Ram Bergman. J.J. Abrams figura como productor ejecutivo.

La cinematografía corre a cargo de Steve Yedlin, con música del gran John Williams y una vez más protagonizada por Daisy Ridley, Adam Driver, John Boyega y Oscar Isaac con Mark Hamill y Carrie Fisher en sus roles de Luke Skywalker y Leia Organa.

También vuelven Andy Serkis, Lupita Nyong’o, Domhall Gleeson, Anthony Daniels y Gwendoline Christie. Se incorporan Kelly Marie Tran, Laura Dern y Benicio del Toro.

El film remota donde nos dejó The Force Awakens. Rey se encuentra con Luke Skywalker en una isla en Ahch-To y le regresa el viejo lightsaber que perteneció a su padre, Anakin Skywalker. Su intención es que el viejo maestro jedi vuelva para ayudar a la resistencia contra la Primera Orden, a petición su hermana Leia.

Mientras, la resistencia está evacuando su base, bajo el asedio de las tropas del General Hux, por órdenes del Supremo Líder Snoke. Mientras, el Comandante y piloto Poe Dameron dirige un contraataque para permitir que sus aliados huyan.

Un film que busca confundir y sorprender… a la fuerza

Como película, The Last Jedi tiene una intención evidente: romper con lo viejo y dar pasó a lo nuevo. Si The Force Awakens fue una introducción de los nuevos personajes siguiendo la formula que dio vida a la franquicia, Rian Johnson dedicó el film a despistar a los espectadores.

Buscando hacer que se cayeran todas las quinielas, la película está cargada de giros en el argumento. The Last Jedi busca sorprender al espectador, haciendo que nunca pueda estar seguro de lo que va a ocurrir. Pero si bien es un recurso efectivo, repetido mil veces atenta contra la solidez estructural del film.

Además, la película aborda varios hilos argumentales en simultáneo, que contribuyen a la sensación de caos. Mientras en The Force Awakens había un cambio de batuta de un personaje a otro, que luego confluían en un mismo lugar para llevar la historia adelante, acá cada historia discurre en paralelo. Finn (John Boyega) y Rey (Daisy Ridley) están separados todo el film, unidos solo por la baliza que ambos portan en un momento de la historia.

Poe por su parte, está enzarzado en un enfrentamiento con la Primera Orden y con sus propios aliados. Mientras, Kylo Ren lidia con sus conflictos internos y su atracción hacía Rey, mientras se reafirma en su posición en el escenario, como discípulo de Snoke y heredero de los Skywalker.

Pero The Last Jedi lleva adelante estos hilos de forma enrevesada, y sobre todo, con un sentido de la temporalidad que se presta a confusiones. No obstante, tiene momentos verdaderamente inspirados.

En una escena damos un vistazo profundo a la naturaleza mística de la Fuerza, en el que hay una belleza misteriosa, llena de significado y que destaca la individualidad de Rian Johnson como director. No obstante todo queda en ese momento. Sometido a las necesidades del argumento. Delimitado e inexplorado más allá de la simple sugerencia de un trasfondo.

Luego de ese breve momento de introspección nos vemos forzados a volver al ritmo deliberadamente rápido de un film que no tiene tiempo a frenar para contemplar la belleza del mundo que ha creado.

The Last Jedi luce dispersa. Está cargada de ideas, algunas realmente brillantes, pero es incapaz de darles coherencia. No es un film redondo y por ello acude al humor para enfatizar ciertos puntos en la historia. Esto con el objeto de recordarnos que estamos en Star Wars y restar dramatismo a un film que es el acto central de esta trilogía. Uno en el que la Primera Orden luce más amenazante que nunca y más eficaz de lo que nunca fue el Imperio. Pero que es constantemente ridiculizada desde dentro y por su propio comandante militar.

Un film fuerte, pero débil donde más importa

Reseña de The Last Jedi
The Last Jedi fue una ruptura con el pasado, para bien y para mal

A nivel técnico la película es impecable. Está abocada a una nueva filosofía de menos es más, reduciendo el espectáculo visual, salvo por escenas puntuales. Solo en Canto Bight se permite mostrar la belleza de la galaxia, sustituida por escenarios grises o por la isla remota donde se oculta Skywalker en el resto de la película.

Con respecto a las actuaciones, Adam Driver se ha crecido en el rol de Kylo Ren y Oscar Isaac demuestra todo su star power como el carismático Poe. Menos correctos están Daisy Ridley y John Boyega. La primera al recitar ciertas líneas como si se tratase de una tarea escolar y Boyega reprimiendo la peculiar individualidad que hizo tan especial a Finn.

Hamill y Fisher fueron excepcionales. No obstante, Leia fue subutilizada, siendo reducida a lo anecdótico. Luke, aunque tuvo una grandísima escena cerca del final, también dejó la sensación de que tenía mucho más que ofrecer.

En general, la debilidad está en como está construido el guión, más que en la historia misma. The Last Jedi está un demasiado obsesionada por romper lazos con el pasado. Con ser su propia película, sin importar que en el proceso rompa el hilo que ha signado a la saga desde sus inicios: la historia de los Skywalker.

Ahora inicia otra review… una cargada de spoilers. Si quieren evitarlos, paren de leer aquí.

The Last Jedi es la peor y mejor Star Wars que podía ser

Los nuevos Ewoks de Star Wars, un comic relief innecesario

Como ya dije en este texto, The Last Jedi es una película caótica. Su caos parte de la incapacidad para hacer que sus distintos subplots avancen con coherencia y con un sentido de la temporalidad lógico. En cierto sentido es como una temporada de 24, la famosa serie de FOX. Pero reducida a 2 horas y media.

Igual que en esa serie –al menos desde su segunda temporada- es humanamente imposible que ocurran tantas cosas en tan poco tiempo. Además, no tiene el buen tino de disimularlo. Mientras se supone que Rey se entrena con Luke pasan días, pero en paralelo, la Resistencia está huyendo de la Primera Orden en un período de solo uno o dos días, como mucho.

Aun así da tiempo de que Leia se salve milagrosamente del vacío del espacio gracias a, presumiblemente, sus poderes de la Fuerza. Nunca mencionados, pero evidentes. ¿De que otra forma sería lo que vemos posible?

Da tiempo a que Finn despierte de un coma, intente escapar, le incapaciten, se le vuelva a ocurrir la clave para salvar a la Rebelión, se vaya a otro planeta, le capturen, conozca al tipo que necesita para saltarse la seguridad de la Primera Orden, se la salte, le atrapen justo antes de lograr su cometido, le vuelva a rescatar BB-8 y regrese con los rebeldes, todo esto en un transcurso de horas.

¿Y se dan cuenta de que el último párrafo fue una sola oración sin puntos y seguido? Así fue The Last Jedi. Una exhalación sin sentido del tiempo ni objetiva ni figurativamente.

No obstante, tiene cosas realmente impresionantes que la elevan a ser una de las mejores Star Wars. Por una parte, la explicación de la Fuerza de Luke y el contacto cercano de Rey con su naturaleza misma le devuelven el sentido maravilloso que le quitó Lucas con su explicación pseudocientifica de los midiclorianos.

Es parte de una secuencia en la que Rey, siendo instruida a regañadientes por Luke en el uso de la Fuerza, cae en una cueva y termina viendo infinitas copias de su reflejo. Estas se mueven al unísono, pero luego de forma acompasada, como en una coreografía. Es un momento íntimo, de soledad y de conciencia sobre si misma. Es una escena simbólica que, junto con la explicación previa de Luke, regresa su encanto al concepto de la Fuerza.

Critica de The Last Jedi
Uno de los mejores momentos involucró a Rey frente a La Fuerza

Por la otra, contraviniendo la tradición y al mismo tiempo respetándola, hace que Kylo Ren traicione a su amo… pero no vuelva a la Luz. Además, hace que por primera vez entendamos el encanto del Lado Oscuro con más claridad. Cuando la necesidad, surgida de la desesperación hizo que Rey se acercara al abismo. Lo cual nos llevó a esa escena brillante a mitad de film en el que se ve a si misma.

Algunas de las escenas de lucha espaciales fueron excepcionales, con Poe brillando como piloto. Además, hizo un gran trabajo al darnos a entender que la solución a los problemas no va a ser siempre actuar con heroicidad en una situación desesperada. Esto fue particularmente educativo para Poe justamente, que tuvo un momento de lucidez al final de la película argumentalmente inspirador.

Por otra parte, fue genial que los villanos no fuesen unos incompetentes incapaces de acertar un solo disparo. Solo pudieron ser detenidos por una estrategia kamikaze y por el bluff más grande de la historia de Star Wars, este último cortesía de Luke Skywalker.

Pero al mismo tiempo, es la peor Star Wars… si, incluso peor que la vilipendiada The Phantom Menace. Ese film, pese a sus muchas fallas, está mejor estructurado y es mucho menos caótico. Sin Jar Jar Binks y sin Anakin de hecho no hay demasiadas cosas de las que quejarse, pues incluso Darth Maul fue más útil que Snoke, que falleció con una facilidad pasmosa.

Que si, que fue genial que Kylo le traicionara allí mismo y diera el Golpe de Estado que su abuelo nunca dio, pero se hizo de una forma en la que la amenaza de Snoke desapareció y ya. Ahora solo queda su aprendiz malcriado y Hux. Un Hux que fue utilizado como una burla constante, un líder mediocre al que incluso sus subalternos subestiman. Nada que ver con el amenazador Grand Moff Tarkin. Y ni que decir del legendario Almirante Thrawn, un personaje que habría sido mucho mejor no dejar en el olvido de lo que ahora llaman “Star Wars: Legends”.

The Last Jedi busca romper a la fuerza con los Jedi, los Sith, el viejo imperio, los viejos actores y personajes. Busca romper con George Lucas. Y lo hace a costa de destruir todo o hacer que se sacrifique para dar paso a la sangre nueva. Y eso está bien, pero se tenía que hacer con calma, con inteligencia, no a fuerza de golpe y porrazo. Un tema subyacente en Star Wars desde siempre ha sido que la Filosofía Jedi no es perfecta y  no es conducente al deseado equilibrio. Si bien no son tan nocivos como los Sith, los Jedi tienen -tal como dice Yoda en su reaparición- un legado de fracasos del que no han aprendido.

The Last Jedi
Luke fue el gran damnificado moral. Su carácter fue puesto en entredicho

Este film intenta hacernos entender esto, pero no lo hace con naturalidad. En cambio, arrastra por el fango el carácter y la fortaleza moral de Luke Skywalker, pintándolo como un ser arrogante e incapaz de sacar su cabeza de su propio trasero para corregir sus errores… hasta que, irónicamente, The Last Jedi recurre literalmente a ese pasado con el que intenta romper. ¿Cómo? Repitiendo algo del mismísimo film que dio origen a este vasto y maravilloso universo.

¿En serio? ¿Pretendes destruir el pasado para liberar a la franquicia de las cadenas de su pasado justamente usando el famoso “Help me Obi-wan you’re my only hope”?

Además, cuando pudieron aprovechar para darle a Leia una despedida heroica, optaron por dejarla vivir a sabiendas desde hace meses que no podrían contar con la actriz para films subsecuentes. Otro error incomprensible, que es empeorado aun más con el “final” de Luke, quien se hace uno con la Fuerza, pese a que el actor sigue vivo. Si, que siempre puede volver como un Fantasma de Fuerza, tal y como Yoda, pero no deja de ser un desperdicio.

Como también es desperdicio, si no se corrige el rumbo, cierta revelación sobre el origen de Rey. Una vez más en la búsqueda de democratizar Star Wars y desligarla del destino de los Skywalker… pero sin hacerlo del todo gracias a la existencia de Kylo, deciden decirnos que la chica de hecho no es nadie. Si, que es sensible a la fuerza y tiene talento, pero carece de linaje y de entrenamiento. Esto hace que inmediatamente The Force Awakens pierda puntos, porque una de sus fallas era justamente el excesivo talento de Rey y que solo era perdonable si la chica tenía un origen especial que lo explicara.

Pero no. Tenemos que llevarle la contraria a los fans y a la lógica que ellos mismos establecieron con ciertos flashes y voces conocidas en el film anterior. Tenemos que negar las teorías, tenemos que sorprender para bien o para mal. Tenemos que ser diferentes, incluso a costa de la lógica interna y argumental del Universo de Star Wars.

Allí es donde este film, en su afán de ser grande se queda pequeño. No quiso ser una reiteración de The Empire Strikes Back, lo cual fue una buena decisión. Tampoco quiso ser como las precuelas de Lucas y por último no quiso ser un film de Star Wars en lo absoluto… salvo porque sí lo es y no puede evitarlo. Pero tampoco es un film original de Rian Johnson, no como Looper al menos. Nos grita Star Wars a la cara, incluyendo incluso a sus propios Ewoks.

Ante esta disyuntiva de ser un gran film de Star Wars pero una terrible película individual, The Last Jedi solo tiene una esperanza. Y no será Obi-Wan Kenobi. La tarea queda en manos de J.J. Abrams, quien regresará para Episodio IX. Su deber es ser valiente y no volver a repetir su perfecta ejecución de partitura de The Force Awakens. Un film excelente pero tímido. Pero tampoco buscar subvertir buena parte de lo que hace a Star Wars lo que es.

El próximo capítulo debe corregir los terribles fallos de este segundo capitulo, sin caer en las reiteraciones de compases del primer capitulo. Es una tarea dura que ya acometió en su momento The Revenge of the Sith. El reto de ser un film digno en una trilogía que generará debates por años. Pero esa es la única forma de garantizar el futuro de Star Wars como historia y como negocio: reconciliar su pasado con su futuro.  

Hay esperanza. El final mismo del film es una oda a la esperanza. Pero pudo ser mucho mejor. No queda más que esperar que la esperanza florezca con la luz de la Alianza Rebelde.

Summary
The Last Jedi busca romper con lo viejo para dar paso a lo nuevo, incluso si debe matarlo. Y si bien tiene momentos brillantes y es muy entretenida, es un caos como guion y destruye mucho de lo que hizo grande a Star Wars
65 %
Divertida pero decepcionante
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