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Mitsuru Nagata: De ser obligado a ir a clases a amante del Shodo

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Mitsuru Nagata

(Madrid, 20 de Marzo. Yakuza Webzine).- Fue uno de los invitados japoneses al Madrid Otaku, sin embargo ha hecho de España su hogar adoptivo. Mitsuru Nagata, un artista de shodo radicado en Barcelona, conversó con nosotros sobre este arte y como el mundo otaku es una puerta tan valida como cualquier otra para conocer la cultura japonesa.

Como cualquier niño japonés, empezó a muy corta edad en la práctica de la caligrafía. Sin embargo no nos habla de una pasión que surgió en el día cero, sino de una tarea que debía cumplir. “A los seis años yo no tomo decisiones. Mis padres me mandaron a una clase que hay en mi pueblo con un instructor que se llama Kishimoto-sensei”, nos cuenta.

“Empezamos con lápiz, no con pincel y hacíamos haragana. Después de dos años pasamos a utilizar los pinceles”, agrega.

Ante la pregunta de si sintió atracción por este arte, fue cien por ciento honesto. “Esto ya cuando me hice adulto, mientras era niño ¿Quién quiere ir a clases?”.  

En opinión de este sociólogo de profesión –egresado de la Bukkyo Daigaku de Kyoto– el Shodō o Camino de la Escritura, es una forma de “expresar tu personalidad, tu imaginación o tu deseo a través de las letras”.

“En Japón se dice que las letras que haces representan tu personalidad. Si eres una persona muy fuerte las letras parece que tienen mucha fuerza. Pero también depende del día, siendo la misma persona a veces se nota si no estas muy concentrado”, explica Mitsuru Nagata.

Ser maestro de Shodo y pintor de sumi-e en España

Mientras vivió en Japón, Mitsuru Nagata poco a poco se fue alejando de la práctica del Shodo y del sumi-e, su otra pasión. No pudo dedicarse en profundidad a su arte hasta que dejó su tierra natal, primero para radicarse en Londres por dos años y luego, establecerse en España.

“Me vine a España por mi mujer que es valenciana, la conocí en Londres, de hecho antes de venir aquí viví en Londres 2 años. Tengo 14 o 15 años fuera de Japón”, nos comenta.

“Empecé a dedicarme de tiempo completo a esto cuando vine aquí a España, porque aquí la gente sabe disfrutar en el tiempo libre. En Japón si trabajas en algo no podrías dedicarte a esto y aquí vi a la gente haciendo cosas fuera de su jornada de trabajo, entonces me dije ‘voy a retomar el pincel y voy a disfrutar del shodo’”, narra Nagata.

A la hora de evaluar la belleza o la falta de ella en una caligrafía, considera que es una cuestión de gustos y por lo tanto es relativa. Lo comparó con la pintura y como a alguien puede gustarle Dalí y a otra persona no.

“Hay un proverbio de Confucio que era ‘Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla’”, cita.

A la hora de ponerse a pintar o a escribir, el proceso de selección de pinceles o de matices de color, entre grises y negro, depende del papel con el que vaya a trabajar. A la hora de hacer demostraciones o de pintar para alguien al momento nos dice que es difícil adaptarse.

“Si es un directo es muy difícil, si es en casa pruebo muchas cosas. También el color, siempre será sumi-e entre gris claro y negro, pero si es un poquito más gris, te da un poco mas de amabilidad, o también sutileza, entonces todo cambia”, explica, aunque nos alerta que una pieza nunca es igual a la otra.

Destaca que la práctica del shodo y el sumi-e son un ejercicio de concentración, donde no piensas en nada más. “Es como estar en mi mundo y es muy divertido”, afirma.

“El shodo ayuda a concentrarse, porque si no estas concentrado, no solo en shodo, sino cualquier cosa no te sale bien”, nos explica.

Considera que practicar shodo o sumi-e, puede ayudar a relajarte si ese es el objetivo, pero si estas buscando crear algo, puede ser estresante. “La gente a veces me manda fotos de retratos o de sus perros, y a veces no me sale a la primera, entonces tengo que volver a empezar y me pregunto ¿Por qué me manda una foto de esto? Pero de todo hay que probar. Después de probar muchas veces después sale”, nos dice.

Con respecto a los maestros que admira, dice que hay muchos practicantes del shodo que le parecen buenos, pero no se decanta por alguien en particular. Dice que el renombre de un maestro de caligrafía es lo que menos le importa, sino la obra individual. “Simplemente me gusta una pieza si me parece fantástica, no es por quien esté hecha. De hecho, no tengo ningún maestro preferido, claro, hay un montón de maestros que son una pasada, pero no tengo ninguno favorito. Puede que tal maestro haga algo que me guste y algo que no me guste mucho”, explica de un modo muy español.

Puerta de entrada cultural

Al consultarle sobre su experiencia en convenciones de anima y manga, explicó que le parece positivo que sea una puerta de entrada a la cultura japonesa. “A mi me parece muy bien, porque primero hay que dar alguna oportunidad para que se acerquen a este tipo de cosas culturales”, inicia.

“Cuando pasan en frente de mi stand no saben que es la caligrafía, pero yo pinto, hay varios gatos, por ejemplo. Y si uno se acerca por el gato, no por la caligrafía, también está bien. No importa como empiecen, lo importante es que se empiece a interesar gente nueva y que sepan que en Japón existen estas manifestaciones también”, continuó.

Considera que no hay mejores o peores manifestaciones culturales, se trate de las artes marciales, de la caligrafía o el manga y anime, todas le parecen formas validas para conocer la cultura de otro país, en este caso Japón.

“No hay que comparar cual es mejor o peor, pero es importante saber que hay muchas cosas mas. Igual que comida japonesa, hace años solo había sushi e igual los japoneses pensamos que aquí solo coméis paella, pero hoy en día gracias a muchos japoneses que han abierto restaurantes nuevos, saben que el sushi no es el único plato”, compara Nagata.

“Yo creo que no importa como empiezas. La gente que le gusta lo otaku le puede gustar la caligrafía o el sumi-e o puede que no, pero sin verlo o sin probar la gente no puede saber”, concluyó.

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