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FanFic Cross Ange: La Venganza de los Antiguos 7

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FanFic Cross Ange

Cross Ange: 天使と竜の輪舞 (Rondó de Ángeles y Dragones)
La Venganza de los Antiguos
Por Shougo Amakusa (@shougoamakusa)

Capítulo 6
Enfrentamientos

Un Para-mail se dirigía a toda velocidad hacia el campo de batalla; la nave surcaba los cielos a la máxima velocidad que sus propulsores le permitían y con gran rapidez se acercaba a su objetivo. La máquina, cuyos colores eran negro y dorado, se encontraba en Modo Vuelo y su piloto estaba escuchando por radio el último parte de combate.

– Hemos derribado dos naves enemigas, pero nos siguen superando en número – dijo una voz femenina por la radio.
– Ya estoy a punto de llegar – respondió la piloto del Para-mail – Una vez que lo haga que dos unidades me sigan en formación cerrada.
– Copiado.

Segundos después, la nave legó a donde se desarrollaba la batalla y tal como había solicitado su piloto, dos Para-mail la siguieron. La fuerza atacante estaba conformada por 5 Para-mail y 5 naves pequeñas (como la de Tusk).

– Esta vez vinieron con ganas – dijo la piloto – Akiho, toma el resto de nuestras naves y establece una línea de defensa en caso de que alguno de ellos logre evadirnos.
– Enterado, Comandante.

El resto de la flota de defensa estaba conformado por 1 Para-mail y 4 naves pequeñas, las cuales Akiho ubicó sin dudar para establecer la línea de defensa que su Comandante le había solicitado.

– Bien, vamos a terminar con esto – dijo la piloto del Para-mail negro y dorado – Maki, Chiaki vamos a separar a las naves pequeñas para derribarlas de primero, luego nos enfrentaremos a las otras.
– Enterado – respondió Maki.
– Ok – respondió Chiaki.

Las 10 naves enemigas se lanzaron contra las tres defensoras buscando acabar con el combate lo más rápido posible; sin embargo, la piloto del Para-mail negro y dorado esperaba ese tipo de estrategia y sin dudar dio la orden a las otras dos de romper la formación.

Chiaki y Maki se lanzaron diagonalmente hacia adelante y abajo, mientras que su Comandante lo hizo hacia arriba y hacia adelante. Los Para-mails enemigos de inmediato pasaron a Modo Asalto y se giraron para atacar a las tres naves defensoras, mientras que las 5 naves pequeñas enemigas se dividieron en tres grupos para darles caza.

Los 3 Para-mail defensores evadieron sin problemas la metralla y cuando estuvieron a cierta distancia pasaron a Modo Asalto; y al girar quedaron de frente a las naves pequeñas que les perseguían, las cuales habían perdido la cobertura que le ofrecían los Para-mail de su flota. Segundos después, las 5 naves pequeñas fueron destruidas y los tres Para-mail defensores se dispusieron a enfrentar a las 5 naves enemigas restantes.

– Nosotros tenemos más experiencia y mejor entrenamiento que ellos. No tengan miedo – dijo la Comandante sabiendo que las otras dos chicas todavía no terminaban de acostumbrarse a la vida militar a pesar de tener años en ello – Yo tampoco hice carrera en ningún ejército y, al igual que Ustedes, las circunstancias me han puesto en esta situación.
– Lo sabemos, Comandante – dijo Chiaki.
– Cuente con nosotros – añadió Maki.

Los 5 Para-mail enemigos pasaron a Modo Vuelo y al entrar en rango de disparo no dudaron en abrir fuego; sin embargo, la Comandante y sus dos apoyos usaron los escudos de sus naves para detener la metralla.

– ¡Aguanten! Ellos van a pasar a Modo Asalto en cualquier momento y allí tendremos nuestra ventana – dijo la Comandante.

La Comandante sabía que las 5 naves no les iban a sobrevolar y seguir de largo porque quedarían totalmente expuestas. Ese tipo de ofensiva tenía dos opciones, o todas las naves cambiaban a Modo Asalto lo más cerca posible del blanco, o sólo cambiaban algunas y otras seguían de largo para luego cambiar luego a Modo Asalto y hacer una especie de encerrona.

Segundos después tres naves enemigas empezaban a pasar a Modo Asalto mientras que las otras dos les pasaban de largo. Ese movimiento hizo sonreír a la Comandante quien le agradeció en sus pensamientos a la persona que la había entrenado, porque sin ese apoyo, nunca hubiera sido capaz de lograr la recuperación del Imperio Misurugi.

– Chiaki, Maki giren y ataquen a las naves que nos pasaron – ordenó la Comandante mientras abría fuego contra las tres naves que tenía al frente.

La Comandante había equipado a su Para-mail con una segunda sub ametralladora con el fin de darse más versatilidad a la hora de enfrentarse a múltiples oponentes. Gracias a ello, los dos Para-mail exteriores habían sido derribados y sólo quedaba uno frente a ella que de inmediato abrió fuego.

Sin embargo, la Comandante sabía que vendría ese movimiento por lo que de inmediato se elevó y con sus dos sub ametralladoras abrió fuego. Con una inutilizó la sub ametralladora enemiga y con la otra hizo pedazos al Para-mail rival. De inmediato, el Para-mail negro y dorado giró y su piloto miró complacida cómo Chiaki y Maki habían derribado a las otras dos naves.

– ¡Excelente chicas! Estoy orgullosa de Ustedes – dijo la Comandante haciendo que las otras dos gritaran eufóricas – Vamos, es hora de ir a casa. Akiho, buen trabajo de Ustedes también. De no haber detenido el avance enemigo, el combate habría llegado a la parte recuperada de la ciudad. Gracias.
– No hay nada que agradecer, Comandante. Es nuestro trabajo – respondió Akiho con admiración.
– Lo sé, pero igual quiero darles una recompensa por el deber cumplido así que al llegar a la base quiero que coman bien y se tomen el resto del día libre – indicó la Comandante y todas las demás asintieron con alegría.

Pocos minutos después la piloto del Para-mail negro y dorado se bajaba de la nave y se disponía a ir a la base principal de operaciones con el fin de ver cómo se encontraba el perímetro de defensa de la ciudad.

La mujer tenía el cabello rubio arreglado en dos colas laterales y unos flequillos frontales, mientras que sus ojos azules tenían una mirada intensa. En general, su expresión era severa y su cuerpo se había desarrollado bastante bien. A sus 17 años, Sylvia Ikaruga Misurugi no tenía nada que envidiarle en el aspecto físico a su hermana mayor. Quizás en el apartado emocional, la menor de las Misurugi poseía una personalidad más fría y ruda, pero ello se debía a que sus circunstancias que le había tocado vivir en los últimos 5 años habían sido mucho más duras.

Después de la batalla final contra Embryo, la Tierra falsa quedó hecha un caos y la única ley que imperaba era la del más fuerte. Fue en ese escenario que a Sylvia le tocó empezar a rehacer su vida después del empujón que su hermana le había dado en su despedida. La menor de las Misurugi se dio cuenta muy tarde del valor de Ange; sin embargo, no se derrumbó porque sabía que su hermana no querría eso. Al contrario, la joven decidió que sobreviviría sin importar lo que sucediera porque algún día quería volver a ver a Ange y pedirle perdón.

Así fue como de inmediato tomó las primeras armas que consiguió y sin piedad asesinó a todo el que supusiera un peligro para ella; gracias a esa actitud y considerando que seguía siendo la Reina en funciones, mucha gente empezó a unirse a ella con el fin de restablecer el Imperio. Para ello, lo primero era retomar el control y establecer un gobierno para terminar con la anarquía.

Entre las personas que se habían unido a ella se encontraban las miembros del equipo de laria donde jugaba Ange. Kana, Maki, Chiaki, Leika, Tomomi y Akiho al descubrir la verdad, no sólo aborrecieron toda la vida de mentira que habían llevado; sino que se arrepintieron de la forma en que habían tratado a Ange.

Luego de que el cataclismo terminara, el grupo empezó a buscar apoyo en la familia real casi por instinto; y Sylvia al reconocerlas las recibió con los brazos abiertos, sobre todo porque la acompañaban en el cambio de actitud para enfrentar la nueva realidad. La menor de las Misurugi tenía un trato especial hacia ellas, no sólo por su esfuerzo para ayudar, al punto de convertirse en pilotos de combate; sino porque compartía con ellas ese arrepentimiento del trato hacia Ange y esa necesidad de algún día pedirle perdón

Obviamente, aquel anhelo era más un sueño que otra cosa; mientras que la realidad urgía a enfocarse en levantar el antiguo imperio. Evidentemente, en esas condiciones, pensar en recuperar todo el territorio era ridículo, por lo que Sylvia se enfocó inicialmente en la ciudad capital. Luego, a medida que reunía más gente y recursos, fue aumentando su área de influencia; y lo hacía siempre de manera circular para extender los límites de sus dominios de forma uniforme.

No pasó mucho tiempo antes de que se corriera la voz de que el Imperio Misurugi se estaba recuperando y mucha gente empezó a peregrinar hacia allá buscando una vida mejor. Esto benefició mucho los planes de Sylvia porque la gente no llegaba con las manos vacías, sino con armas, suministros y conocimientos.

Fue así que pronto tuvo acceso a naves como la de Tusk y eventualmente a Para-mails. En el Imperio quedaban algunos, pero estaban dañados y no había ni quien los reparara ni quien los pilotara; no obstante, varios de los peregrinos que llegaron con naves eran buenos mecánicos y otros eran pilotos competentes.

Eventualmente, fue el turno de un hombre joven llamado Adrian de llegar a la ciudad y ese día el mundo de Sylvia dio un nuevo vuelco. El sujeto era un piloto de primer nivel con gran carisma y dotes de liderazgo, quien de inmediato se convirtió primero en mentor y eventualmente en amante de la rubia, a quien no le importó que hubiera una diferencia de edad de casi 10 años entre ellos.

Adrian quedó eclipsado por Sylvia desde el principio. Primero porque a pesar de haber estado acostumbrada a una vida de palacio, no sólo se había adaptado a las nuevas circunstancias sino que había logrado recuperar el orden y crear un santuario en medio del caos. Segundo porque sus habilidades como estratega y gobernante eran excepcionales; y tercero porque su belleza estaba en otro nivel.

Además, tan pronto varios Para-mail fueron recuperados, la rubia pidió ser entrenada como piloto y de inmediato sorprendió a todos con su enorme talento. Adrian no había visto a nadie manejar esas naves con tal maestría, al menos no en la Unión Enderant que era de donde él provenía. De hecho, cuando la vio por primera vez en combate, se empezó a preguntar si ese era el nivel que poseían las Norma.

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Cuando la pelota empezó a descender, Ange y Salamandinay salieron disparadas para tomarla; al final, fue la princesa quien lo hizo y de inmediato giró para pasársela a Kaname quien salió como un cohete en dirección a la meta rival.

Aquello se hizo en cuestión de segundos, demostrando que los movimientos de las jugadas estaban totalmente automatizados gracias a las intensas sesiones de práctica. De hecho, un ataque similar fue el que terminó en el segundo punto de Ciudad Aura el año anterior. No obstante, esta vez Ange estaba preparada para esa jugada en los saques centrales y en lugar de dejar a Momoka sola en la defensa había hecho que Salia la apoyara con el fin de evitar el 2 contra 1.

Obviamente, Kaname no había sido la única en salir en dirección a la meta rival, a su lado estaba Lamia esperando el pase en caso de que su compañera tuviera oposición. Momoka al tener cubierto el otro lado fue con decisión a enfrentar a Kaname quien, de acuerdo a lo ensayado, le lanzó la pelota a Lamia.

El año anterior, ese movimiento terminó en Lamia yendo sola hacia la meta y anotando con comodidad; sin embargo, esta vez la mamá de Vivian rápidamente se vio opuesta por Salia. No obstante, Lamia sin mirar arrojó la pelota hacia arriba y sorprendiendo a todos apareció Naga como una bala para tomar la esférica y salir a toda velocidad hacia la meta.

Por fortuna, Ange también se había preparado para esa posible variante y había dispuesto a Hilda por detrás de la primera línea de defensa con el fin de hacer el relevo. Naga pronto vio a la pelirroja dirigiéndose a su encuentro y al ver que sus compañeras estaban opuestas decidió arriesgarse y lanzar la pelota a la meta buscando anotar aunque se hallaba algo lejos.

Hilda al ver el movimiento desvió su curso y se dirigió a la meta con el fin de alcanzar la pelota, pero pronto se dio cuenta de que no hacía falta porque el tiro había sido desviado. Una vez que la pelota tocó el suelo, Joan sonó su silbato y declaró saque para Nueva Arzenal.

– Ok, nuestra estrategia de defensa resultó efectiva – dijo Ange alegre porque pudo prever la modificación hecha por Salamandinay – Ahora es nuestro turno. Momoka, atenta al pase.
– Seguro, Angelise-sama.
– Salia, Hilda, ya saben qué hacer – dijo Ange y ambas mujeres asintieron.

Momoka le dio la pelota a Ange y de inmediato las dos salieron hacia la meta rival; encima de ellas estaban Salia e Hilda completando una formación tipo caja. Frente al cuarteto, Salamandinay había dispuesto su defensa en dos líneas. Delante estaban Kaname y Naga y detrás ella junto con Lamia.

– ¡Formación de rombo! – gritó Ange.

En ese momento, Momoka pasó al frente mientras que Ange se quedó atrás dejando a los lados, aunque a diferente altura, a Salia e Hilda. Salamandinay analizó el cambio y le indicó a Lamia que se retrasara; además, le dijo a Kaname que fuera al choque contra Momoka.

Pronto los palos de Momoka y Kaname chocaron por lo que la antigua Jefa de Sirvientas no pudo seguir avanzando. A su lado pasaron Salia e Hilda quienes se fueron abriendo con el fin de obligar a que las siguieran. Naga y Salamandinay fueron a cubrirlas y Ange entonces se fue a toda velocidad a enfrentar a Lamia.

De pronto, Momoka hizo un movimiento rápido para despistar a Kaname y cuando la lugarteniente reaccionó ya había sido superada por lo que emprendió la persecución de la antigua Jefa de Sirvientas. Ange se acercó a Lamia, quien estaba cubriendo la meta, y al ver que iba a ser difícil anotar con un lanzamiento decidió usar el Plan B.

La rubia arrojó la pelota hacia arriba y se fue con decisión a chocar a la madre de Vivian con el fin de quitarla del medio. Momoka, quien sabía de antemano el movimiento, aceleró con el fin de tomar la esférica; mientras que Kaname exprimía al máximo el motor de su nave con el fin de alcanzar a su rival.

Finalmente, Momoka tomó la pelota y continuó su ruta hacia la meta seguida muy de cerca por Kaname. Lamia, Naga y Salamandinay estaban perfectamente cubiertas por Ange, Salia e Hilda por lo que la vía frente a ella estaba libre. Entonces la antigua Jefa de Sirvientas se levantó de su asiento lista para su lanzamiento,

Kaname estaba a punto de alcanzar a Momoka y se levantó también con el fin de golpearle el palo para alterar el tiro; la antigua Jefa de Sirvientas inició el movimiento y Kaname se estiró para realizar su jugada. De pronto, Momoka giró su nave hacia la izquierda sin alterar su trayectoria para quedar totalmente de lado. Esto hizo que la parte de abajo de la nave bloqueara a Kaname y fue desde ese ángulo que la antigua Jefa de Sirvientas hizo el lanzamiento, para lo cual tuvo que cambiar el palo de mano… Instantes después el público en el estadio celebraba el punto anotado por Nueva Arzenal.

– ¡¡Sí!! ¡Ya no quedaremos en cero! – gritó Tusk saltando de su asiento.
– Vaya, de verdad tuviste que haberlo pasado muy mal el año pasado – dijo Dominic.
– ¡Juego peligroso! ¡Juego peligroso! – gritó Vivian quejándose del movimiento de Ange hacia su mamá.
– Lo que hizo Ange está dentro de las reglas – aclaró Emma.
– Wow, las mejoras en los motores de las naves de Ciudad Aura son geniales; de no ser por esa jugada de Momoka, Kaname la habría interceptado a pesar de partir en total desventaja – dijo Mei, tomando notas mentales de cómo hacer que los motores de las Naves de Nueva Arzenal tuvieran ese nivel de aceleración.
– ¡Qué gran movimiento el de Momoka! – dijo Mary emocionada.
– No sabía que podía hacer algo así – respondió Nonna.
– Recuerden que Momoka ya tenía experiencia en el juego – recordó Pamela.
– Pero no con este tipo de vehículos – dijo Hikaru – Acá tiene que manejarlos manualmente.
– Su nivel de control fue brillante – agregó Olivier,
– Sí, esa chica podría ser una gran piloto de Para-mail – dijo Ersha.
– Realmente fue impresionante lo de esa chica – dijo Dominic – No vi venir ese movimiento.
– Ni yo, pero no creo que sea casualidad. Seguramente fue una jugada ensayada – indicó Tusk.
– Igual, fue sorprendente – agregó Dominic.

Mientras el grupo seguía discutiendo en la tribuna, Ange y las demás se abrazaban mientras felicitaban a Momoka por la gran jugada. La antigua Jefa de Sirvientas estaba totalmente sonrojada pues no estaba acostumbrada a ser una heroína, pero también estaba feliz porque se habían sacado la presión de volver a quedar en cero.

En ese momento, el silbato sonó y ambos equipos buscaron el centro de la cancha. Fue entonces cuando Ange de repente miró de reojo al palco del Triunvirato y su mente la llevó a su última partida de laria antes de su ceremonia de bautismo, cuando en un movimiento similar miró a la tribuna principal donde estaban sus hermanos.

– ¿Qué será de tu vida Sylvia? ¿Seguirás siendo una niña mimada? ¿Habrás sobrevivido en estos años? – se preguntó Ange nostálgica. A pesar de que cuando se despidió de ella, lo hizo para siempre, no podía borrar ese sentimiento de hermana mayor; y de vez en cuando se preguntaba por la suerte del único pariente de sangre que le quedaba.

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Sylvia hizo entrada en el Salón desde donde se monitoreaba toda la ciudad y empezó a recibir los diferentes reportes. Por suerte, no había habido ningún enfrentamiento a parte del que ella había protagonizado, así que podía respirar tranquila.

– Cada vez los ataques son más distanciados – dijo Misty Rosenblum quien se encontraba sentada chequeando las diversas pantallas del Centro de Mando.
– Supongo que nuestro poder militar empieza a infundir respeto – dijo Adrian entrando en la Sala luego de regresar de un patrullaje de rutina por diversos puntos de control – Esta vez ni siquiera dieron tiempo de preguntar si necesitabas apoyo – agregó el hombre sintiendo lástima por los atacantes.
– Pues ya va siendo hora de que nos dejen en paz – dijo Sylvia – No podemos avanzar más rápido en la reconstrucción de la ciudad por tener que estar repeliendo constantemente a todo grupo que cree que puede venir a invadirnos – terminó con marcada molestia – ¿Y dónde están los demás? – preguntó la rubia al ver a Misty sola.
– Como no había ninguna novedad les dije que podían tomarse un descanso para comer, Su Alteza – respondió Misty.
– Corta lo de Su Alteza, Misty. Yo ya no soy Reina de nadie… de hecho, nunca lo fui – respondió Sylvia resoplando.
– Lo siento, Comandante – dijo Misty quien todavía no se acostumbraba a llamar a su amiga de esa forma.

Una vez que la batalla final contra Embryo terminó y que el Rey del Reino de Rosenblum fue declarado muerto; Misty se convirtió en el blanco de muchos grupos. Unos querían asesinarla para imponer otro gobierno, mientras que otros querían utilizarla como títere para controlar en las sombras el reino.

Por suerte, la joven todavía tenía partidarios leales quienes la ayudaron a huir para protegerla; inicialmente no tenían un destino definido y fueron vagando por diversos lugares, pero cuando llegaron los rumores de que el Imperio Misurugi se estaba recuperando, no dudaron en dirigirse hasta allá. Obviamente, Sylvia no dudó en acoger a Misty, quien a pesar de ser mayor todavía se comportaba como una niña incapaz de asimilar todo lo que había sucedido. Con el pasar de los años, la princesa del extinto reino de Rosenblum terminó madurando, pero había viejos hábitos que no terminaban de desaparecer.

– No pasa nada – respondió Sylvia – Bien, creo que es hora de comer para descansar un poco. Todavía tengo que revisar los avances de la reconstrucción y el entrenamiento de los nuevos pilotos – finalizó la Comandante y de inmediato Misty hizo una llamada con el fin de pedir que llevaran la comida al Centro de Mando.
– Respecto al último punto, creo que el nuevo cohorte está listo para unirse a la rotación – indicó Adrian.
– Excelente. Ahora que controlamos todo el perímetro de la ciudad capital necesitamos más tropas para poder tener más rotaciones y que todos puedan descansar – respondió Sylvia relajando un poco su expresión – Sólo así podremos pensar en seguir nuestra expansión.
– Con permiso – dijo una mujer con cabellos marrones y ojos azules mientras entraba al Centro de Mando manejando un carrito lleno de platillos.
– Adelante, Ingrid – respondió Sylvia cambiando su expresión por una amable.

Sylvia tenía una simpatía especial por Ingrid. Desde el momento en que todas las mentiras sobre las Normas se revelaron, la Comandante vio con otros ojos a aquella mujer que no dudó en enfrentarse a la policía e incluso a la princesa con el fin de proteger a su hija.

Por eso, cuando la vio de nuevo tras la batalla final contra Embryo no dudó en darle cobijo y protegerla como una forma de resarcirle el daño que como gobierno le habían causado. Sobre todo porque por esas ironías de la vida, la tumba de la pequeña Serra fue encontrada en un cementerio infantil improvisado en medio de los jardines del Palacio Imperial.

– Gracias, Señorita Sylvia – respondió Ingrid para luego proceder a servirle la comida a los presentes y después retirarse.
– Vaya, la comida de Inge no deja de sorprenderme – dijo Adrian al probar el primer platillo.
– Ella y su hija revolucionaron nuestro menú desde que llegaron contigo procedentes de la Unión Enderant – señaló Sylvia.
– Sí, sobre todo su Pie de Manzana. Ese postre es exquisito – dijo Misty.
– Y pensar que esos malnacidos carroñeros estuvieron a punto de asesinarlas por no tener nada que darles – dijo con rabia Adrian al recordar el momento en que su grupo las rescató cuando iban camino al Imperio Misurugi.
– Bueno, no recordemos cosas desagradables – dijo Misty – Todavía queda un largo día por delante – añadió y los tres se dispusieron a disfrutar de la comida que estaba frente a ellos.

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De acuerdo a las nuevas reglas, los encuentros de laria consistían en dos periodos de 20 minutos. De ser necesario, se jugaba un tiempo extra de 5 minutos donde quien anotara primero ganaba; sin embargo, hasta ahora, ninguno de los partidos jugados había necesitado llegar hasta allá.

El primer periodo estaba llegando a su final y Nueva Arzenal mantenía su ventaja de 1 a 0; además, estaban sacando por lo que la última ofensiva de ese primer tiempo sería suya. Como todos los encuentros entre ambos equipos, los partidos eran cerrados y de mucho contacto físico.

Ange tenía la pelota y frente a ella estaba una formación lineal con Momoka en el centro, Salia a la derecha e Hilda a la izquierda. Entonces, la rubia le pasó la esférica a Momoka; y ella, junto a las dos que le cuidaban los flancos, salieron hacia la meta rival; por su parte, Ange se dispuso a seguirlas guardando cierta distancia.

Salamandinay salió a interceptar a Momoka y le indicó a Kaname y Naga que se hicieran cargo de Hilda y Salia, quienes habían adelantado a la antigua Jefa de Sirvientas con el fin de ofrecerle cobertura. Kaname y Naga también se adelantaron para ir al choque, mientras que la princesa esperaba paciente el movimiento de Momoka.

Entonces, la antigua Jefa de Sirvientas lanzó la pelota hacia atrás y a su derecha en lo que a todas luces parecía una equivocación. Salamandinay, Kaname y Naga no entendían lo que pasaba y fue entonces cuando vieron a Ange quien estaba a punto de tomar la esférica para pasarlas y dirigirse sola a enfrentar a Lamia.

Lo que nadie esperaba era que la mamá de Vivian hubiera adivinado la intención de Momoka; y cuando Ange quiso reaccionar, ya Lamia tenía la pelota y se dirigía como una bala a la meta rival. Cuando Lamia vio la formación se imaginó lo que pasaría y estuvo atenta en todo momento a los brazos de Momoka; y en el momento en que la antigua jefa de sirvientas inició el movimiento para el pase, la mamá de Vivian pudo adivinar la dirección y salió disparada para tomar la pelota.

Obviamente, Ange sabía de antemano hacia dónde Momoka lanzaría la pelota, pero si algo se había visto en lo que iba de partido era que los nuevos motores de las naves de Ciudad Aura marcaban una diferencia enorme en rendimiento. Ange no se rindió y fue en persecución de Lamia, pero no hubo caso e instantes después la paridad se reflejaba en el marcador.

– ¡VAMOS MAMÁ-SAN! – gritó Vivian mientras daba saltos.
– No puedo creerlo, ¿realmente hay tanta diferencia entre los motores? – preguntó Tusk sorprendido.
– Te lo dije cuando Momoka anotó, los nuevos motores de Ciudad Aura están en otro nivel. Demasiado están haciendo las chicas, pero no creo que puedan mantener esa oposición durante mucho más tiempo – dijo Mei resoplando frustrada.

El laria anteriormente medía las capacidades físicas y la agilidad de sus jugadoras así como su talento en el uso del mana. No obstante, en esta nueva versión, el talento en el uso del mana se había reemplazado por el talento de los mecánicos e ingenieros que trabajaban con los motores.

Cada año se diseñaban nuevos prototipos y la presión era enorme porque una fracción pequeña de potencia podía marcar una enorme diferencia. Obviamente, el secretismo era enorme alrededor de estos desarrollos y todo el esfuerzo se veía reflejado en el encuentro anual.

Mei estaba confiada de que estaba vez lograrían una ventaja, pero el primer periodo del partido le dio una cachetada de realidad. Desde el inicio de los encuentros de laria, los motores de Ciudad Aura habían sido superiores, pero la diferencia no era muy grande y las jugadoras lo podían compensar.

No obstante, este año no había nada que hacer. Ange y las demás lo estaban dando todo, pero Mei no podía evitar sentir que les había fallado a sus amigas. La aceleración y la velocidad tope eran muy superiores por lo que tanto en distancia cortas como en largas, las naves de Nueva Arzenal eran fácilmente superadas.

Mei mantenía sus puños apretados sintiendo que no había forma de lograr vencer a sus rivales. Tantas horas, tanto trabajo y al final no sólo no podía superar a sus oponentes, sino que se veía totalmente pasada por encima.

– ¿Entonces no hay forma de que ganemos? – preguntó Ersha.
– Lo único que falta por ver es qué tanto resisten sus motores la fatiga – respondió Mei – Con semejante potencia y semejante uso, tendrían que empezar a perder rendimiento para el segundo periodo.
– ¿Y nuestros motores? – preguntó Pamela.
– En eso sí estoy confiada – dijo Mei – nuestros motores pueden tolerar perfectamente el esfuerzo al que están siendo sometidos.
– Nosotras les sometimos a esfuerzos mucho mayores y durante más tiempo en el taller – indicó Emma atreviéndose a entrar en la conversación.

La antigua oficial se había esforzado mucho durante los 5 años que habían pasado tras la derrota de Embryo; y aunque no era una experta, al menos comprendía bien todos los aspectos del trabajo en el taller.

– Y ¿qué pasa durante el medio tiempo? ¿No les pueden dar un mantenimiento rápido o reemplazar algunas partes? – preguntó Dominic sintiendo que era lo más lógico.
– No, las reglas acordadas lo prohíben. Una vez que inicia el juego, no se puede tocar el motor de ninguna nave. Incluso, si alguno presentase una falla se detendría el juego y ese equipo sería declarado perdedor – respondió Emma con rapidez.
– ¿Y la seguridad? ¿No hay riesgo de algún choque? ¿De alguna explosión? – inquirió Dominic.
– Las naves cuentan con un mecanismo de emergencia que crea un escudo alrededor del motor en caso de que presente alguna falla. Es el mismo tipo de escudo que usan los Para-mail, aunque reforzado por lo que es capaz de contener incluso una explosión del motor – indicó Mei – También es el mismo escudo que protege las gradas y la tribuna del estadio. Obviamente, hay riesgos, pero hemos tratado de minimizarlos y siempre buscamos formas de que el juego sea cada vez más seguro – terminó la mecánico al tiempo que el chico asentía.
– Hubiera sido genial ir al descanso ganando – lamentó Nonna regresando el tema de conversación al desarrollo del partido.
– El segundo tiempo seguramente será más intenso – dijo Mary – Yo creo que no estoy hecha para ver estas cosas – añadió consumida por los nervios.
– Se nota que hemos tenido 5 años de paz – dijo Olivier riendo.
– Sí, ahora lo más atemorizante que tenemos son estos juegos – añadió Hikaru risueña.

Pronto los equipos estaban de nuevo en el terreno de juego e instantes después el segundo periodo dio inicio. Ambos cuartetos luchaban con todas sus fuerzas para obtener la ventaja y poco a poco se empezó a notar la disminución en el rendimiento en los motores de las naves de Ciudad Aura.

Al parecer, se plus de potencia venía con un precio alto. Aunque lo de alto era relativo, porque esa reducción lo único que hacía era poner a todas las naves en el mismo nivel. Así fueron transcurriendo los minutos y cuando faltaban dos, el equipo de Ciudad Aura estaba al saque.

Fue entonces que Salamandinay decidió probar una jugada que había estado pensando desde hace meses y que nunca había usado. La princesa le hizo la señal a sus compañeras quienes entendieron su intención y se dispusieron a ejecutar la estrategia. Naga le dio la pelota a Lamia quien salió al frente protegida por Salamandinay y Kaname.

Ange de inmediato fue al choque junto con Hilda y Salia, mientras que Naga salió disparada a la meta rival para buscar el pase. Por supuesto que Momoka de inmediato fue a cubrirla. La madre de Vivian empezó a moverse de un lado al otro para darle un pase claro a su compañera, mientras que la antigua Jefa de Sirvientas la cubría de forma notable.

De pronto, Naga hizo un desmarque y Lamia empezó el movimiento de pase por lo que Momoka de inmediato se movió para interceptarlo, y en ese momento todo se decidió. Cuando Naga le dio la pelota a Lamia, la madre de Vivian casi de inmediato se la devolvió en un movimiento que nadie del equipo contrario notó.

Todo lo demás no fue más que un acto teatral buscando justamente que quien defendiera a Naga tratara de interceptar el supuesto pase. A partir de allí, lo demás fue fácil. Naga simplemente tuvo que salir disparada hacia la meta y aprovechar los instantes de confusión para tomar una ventaja que luego Momoka no pudo salvar.

Los seguidores de Ciudad Aura gritaron enloquecidos tras la anotación y ya el resto era trámite. Ange y sus compañeras sin salir del shock, sacaron y segundos después el pitazo final sonó dándole la victoria a las dragonas, quienes por primera vez ganaban en calidad de visitante.

Vivian saltó de su asiento gritando eufórica para ir a felicitar a su madre, mientras que los demás totalmente incrédulos por la jugada final dejaron el estadio en silencio. Definitivamente, ese movimiento iba a dar muchísimo de qué hablar en los días venideros. De hecho, Ange realizó un reclamo formal, pero Joan lo desestimó pues había sido testigo de todo y no detectó nada ilegal.

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El espectáculo de fuegos artificiales que daba por finalizado oficialmente el festival estaba a punto de comenzar; por suerte, a pesar de que el equipo de Ciudad Aura había ganado el partido de laria, el ánimo de los residentes de Nueva Arzenal no había decaído.

Minutos después todos se encontraban parados en un mirador que se había construido cerca del Café Ange. La plataforma salía de la montaña y se suspendía en el acantilado. Esto se hizo con el fin de poder dar la sensación de caminar por el aire, la cual se potenciaba al haber construido todo de un material especial transparente.

Además, debido a que los fuegos artificiales eran lanzados desde unas plataformas flotantes ubicadas debajo del mirador, los espectadores podían disfrutar todo el recorrido de cada uno de los cohetes.

Tanto los residentes de Nueva Arzenal como los visitantes quedaron fascinados por el espectáculo; y cuando el mismo terminó no quisieron que el festival acabara, por lo que se fueron en grupos a continuar la celebración en los distintos bares que se habían habilitado para tal fin.

El Café Ange también estaba activo y en su interior se encontraba el círculo más cercano de la rubia. Por desgracia, eso implicaba tener que soportar a Salamandinay y compañía quienes no paraban de recordar que eran las ganadoras del partido de laria de ese año.

– Quiero que quede claro – empezó la princesa en tono solemne – que este año no teníamos pensado jugar debido a algunos inconvenientes, pero Ange necesitaba que la hiciéramos morder el polvo y como su amiga no podía dejar de ayudarla – terminó Salamandinay haciendo que sus compañeras aplaudieran.
– ¡¿Qué se puede esperar de una mujer que usa su cola para ganar en Twister?! – dijo Ange para responder – Alguna triquiñuela tenías que inventar – agregó la rubia visiblemente enojada.
– Lo siento, Angelise-sama… fue mi culpa – dijo por enésima vez Momoka totalmente abatida.
– Descuida, Momoka. Era imposible que ¡adivinaras las pillerías de estas dragonas! – respondió Ange levantando la voz para decir las últimas palabras.
– No seas mala perdedora, Ange – dijo Salamandinay con sorna – Siempre podrás intentarlo el año que viene – agregó la princesa sin poder contener la risa.
– Muy bien, muy bien. Ustedes ganaron, eso no nos importa – dijo Hilda, pero la molestia reflejada en su rostro indicaba que estaba mintiendo.

Pronto, el ambiente se relajó y horas más tarde, Salamandinay salía del Café a tomar aire. La princesa empezó a sentirse mareada y pensó que lo mejor era ir a un espacio abierto. La descendiente directa de Aura no estaba acostumbrada a beber; pero gracias a un reto de Ange, buscando sacarse la espina del partido de laria, empezó a competir para ver quién tomaba más licor.

De pronto, todo el grupo estaba metido en la competencia y en algún momento ya a nadie le interesaba quién era el ganador pues todos estaban bajo los efectos del alcohol. Obviamente, cuando Salamandinay se puso de pie y salió fuera del local se potenció el efecto de la bebida y la princesa empezó a trastabillar.

Era la primera vez que todas tomaban tanto, por lo que Salamandinay no tenía ninguna experiencia para controlar lo que estaba sintiendo. La mujer dando tumbos llegó hasta el mirador donde horas antes contemplaron los fuegos artificiales; y en medio de su borrachera se trepó por encima de la baranda y saltó hacia el mar.

Fue cuando estaba cayendo que Salamandinay recuperó un poco los sentidos y buscó entrar al agua de pie; sin embargo, una vez que su cuerpo estuvo sumergido, sus fuerzas le fallaron y era incapaz de mantenerse a flote, mucho menos de nadar. La princesa empezó a ser presa de la desesperación; y por más que trataba, su cuerpo no le respondía, por lo que poco a poco se iba hundiendo hacia su muerte.

Notas del Autor

Vaya, no podía parar de escribir… En varias oportunidades quise cortar, pero en mi esquema este capítulo debía cubrir todo el partido, más las escenas de la Tierra falsa. La idea era que fuera más corto, pero al final me emocioné y escribí las escenas con lujo de detalles.

Obviamente, mi intención siempre fue terminar justo en donde corté así que salvo la diferencia en largo, voy cumpliendo lo que tengo planificado. Sobre Momoka y sus habilidades de piloto, en las entrevistas que están en el primer Blu-ray de la serie se revela que la seiyuu de Momoka quería que su personaje pilotara un Para-mail.

Incluso, en algún momento el propio director consideró esta posibilidad, pero por desgracia al final la idea fue desechada; sin embargo, ya en el anime se mostró que Momoka tenía potencial como piloto. Durante la partida de laria del episodio 1, eso quedó establecido.

Bien, espero que hayan disfrutado su lectura porque este capítulo me dio mucha alegría al escribirlo; para quienes están esperando el punto de giro, les comento que está cerca, ya las bases que quería establecer están casi armadas y dentro de poco empezarán las distintas colisiones. Eso sí, mientras esperan quise regalarles un poco de acción. Sin más que añadir, sus sugerencias, comentarios, críticas, etc, son bien recibidos. Nos vemos en la próxima entrega.

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