Ese peculiar olor de algunos asistentes a convenciones de anime y cómics

(Madrid, 30 de Septiembre. O’kuroku).- Durante mucho tiempo me resistí a hablar del tema. Ese peculiar olor del que muchos nos quejamos era algo que no veía como digno de mención.

Después de todo la higiene personal es algo que debería darse por sentado y la falta de la misma no tendría porque ser un tema de discusión ¿O sí? Desde hace unos 16 años he estado asistiendo a eventos. Primero en mi natal Venezuela y ahora del otro lado del Atlántico, en España.

Nuestros países resultaron ser más parecidos de lo que esperaba y nuestros geeks, nerds, otakus o frikis, como más les guste llamarlos, también. Son parecidos de todas las buenas maneras y de todas las malas también. Empezando por el tema del peculiar olor.

Cuando Maho me habló del olor a friki me pareció un poco de mal gusto ¿En serio todos huelen tan mal? En Venezuela es cierto que muchas veces sentí el mal olor que emanan algunos personajes que asisten a los eventos, pero nunca quise generalizar. No pueden ser la mayoría.

Aún creo que no lo son. Aún pienso que la mayoría de las personas tienen hábitos de limpieza y que el estigma que pesa sobre los frikis es una  exageración. De hecho, desde el año pasado he asistido a varios eventos a brindar cobertura periodística, empezando por el Expocomic 2015 y más recientemente el Japan Weekend Madrid de este mes.

Hasta el pasado domingo no me había topado con el famoso olor desde que llegué a España.

Por un momento llegué a creer que Maho exageraba y que de hecho yo tenía razón y los que no se bañan son una minoría. Hasta que la realidad me golpeó… en la nariz.

Quizás han sido los altos techos de los pabellones del Ifema que han hecho que no se concentren tales efluvios. O quizás ha sido la temperatura controlada de estos espacios. Pero no lo había sufrido hasta subirme al vagón del metro en dirección al recinto este pasado domingo. Un chico vestido de Shinigami despedía un hedor que ya he sentido antes y que dejó a todo el vagón impregnado.

La cara de circunstancia de todos los presentes era un poema. Este Shinigami nos iba a mandar a todos a la Sociedad de Almas con su mal olor y yo sólo podía pensar “¿Acaso es tan difícil bañarse?”

Buena parte del estigma social que pesa sobre los amantes de lo “friki”, tiene que ver con esa imagen de recluso, retraído, desaseado, inmaduro o simplemente raro. Siempre he luchado con este estereotipo y creo firmemente que la mayoría, pese a nuestras peculiaridades a los ojos de la sociedad, somos personas adaptadas.

Mis amigos todos tienen aficiones muy marcadas a la música, cine, cómics, videojuegos. Pero todos somos profesionales en nuestros veintitantos (o treinta y tantos como en mi caso), que podemos perfectamente hablar de la situación política del mundo o de los estrenos de anime de la temporada de otoño. Pero sobre todo, que sabemos la importancia de una buena ducha… y un desodorante.

Por eso, el encontrarme con el peculiar olor a friki me parece inimaginable ¿No se huelen ellos mismos? ¿Se les atrofió el olfato? Siempre me ha parecido denigrante que se burlen así de las personas y que en Venezuela se haya llegado hasta proponer regalarles una barra de desodorante al ingresar a los recintos de convenciones y eventos. Pero luego de compartir el vagón con este Shinigami, no puedo evitar pensar que quizás la idea no es tan mala.

Quizás las burlas a sus espaldas, las caras de desagrado y los comentarios incómodos no alcanzan para hacérselos entender. Quizás tengamos que hacer una campaña seria y poner por norma general que la gente se bañe antes y después de ir a meterse ocho horas en un espacio cerrado con miles de sus semejantes.

Si eso no consigue que tengamos un mundo mejor, al menos conseguiremos que no huela tan mal.

Tema Vetado es el nombre del Blog Personal en desuso de Amilcar Trejo. El nombre se debe a esos temas que ocasionan debates que pueden subir de tono, como la política, religión y deportes. Fue el nombre de su columna deportiva en Diario El Aragüeño en Maracay, Venezuela y luego en Diario de los Andes, en Valera, Venezuela. Ahora lo rescatamos para hablar de frikadas.