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«El Guardián Invisible»: Entre el Realismo Mágico y la novela Policiaca

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(Madrid, 7 de enero. Yakuza Webzine).- El guardián invisible (2013) es la primera novela de la Trilogía del Baztán de la escritora Dolores Redondo. Nuestra reseña, aquí.

En ella, la inspectora de homicidios Amaia Salazar dirige una compleja investigación que la devuelve a su localidad natal, Elizondo, en el Valle navarro del Baztán. En las proximidades del río ha aparecido el cadáver de una niña próxima a la pubertad, hecho que parece relacionarse con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás. La historia adquiere un cariz fantástico al hallarse “restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación”, que llevan a la protagonista a relacionar los hechos con el basajaun o señor de los bosques de la mitología vasca.

Narrada en tercera persona, la historia es ágil, de fácil lectura y engancha desde el principio, lo que ha llevado a la crítica a encumbrarla como obra ineludible para los amantes del género policiaco. Sin embargo, a mi modo de ver, esta novela es uno de los muchos ejemplos de publicidad excesiva con vista a la creación de superventas.

La autora ha creado una trama interesante en la que abundan detalladas descripciones del entorno de Elizondo, aderezadas con el romanticismo tan propio de las poblaciones del norte de España con las que se acrecienta el ambiente de misterio.

Con un ritmo ágil en las primeras páginas, el lector se sumerge con facilidad en el relato. En el nudo la cadencia de la investigación se lentifica y la autora lo compensa ahondando en la psicología y el pasado de los personajes, diluyendo así la atención de la trama principal. El desenlace, es el aspecto más flojo de la obra. Aunque correcto argumentalmente, resulta un tanto precipitado y desluce una historia que tenía suficientes elementos para culminar de forma brillante.

La construcción de los personajes es acertada en líneas generales. Muy creíble es el ambiente familiar de Amaia Salazar, germen de la compleja personalidad de la protagonista. La relación fraternal de celos y afectos es especialmente afortunada, así como las referencias a su padre y a la tía Engrasi. Sin embargo, el carácter de la inspectora en principio interesante por su complejidad y del que cabía esperar mucho más, deja al lector insatisfecho. Amaia se muestra inalterable y no supera ninguno de los traumas y miedos de principio a fin del libro, lo que constituye sin duda el gancho para motivar la lectura del siguiente volumen. También sería mejorable la construcción del enmarañado entorno laboral de la inspectora, por el que desfilan personajes sin un fin claro que obligan a retroceder en la lectura y dificultan el seguimiento de la trama. La inserción del personaje mitológico del basajaun, al que quizás se habría podido sacar más partido, es de entrada sugestiva y nos lleva inevitablemente a recordar el género del realismo mágico y obras como La ciudad de las bestias de Isabel Allende con la que este libro tiene lugares comunes.

En definitiva, El guardián invisible es una novela atractiva y de lectura ligera, que pasa con aprobado el examen de los aficionados al género. Habrá que leer sus dos secuelas, El legado en los huesos (2013) y Ofrenda a la tormenta (2014), para comprobar si se resuelven los vacíos que hemos hallado en esta.

 

Colaboración de: Sara Cañizal Sardón  @SaraCanizal

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